One-shots Alice in Borderland.

Kuina/Ann

Ambas estaban ansiosas, sería su aniversario de relación dentro de unas horas y querían que sus regalos fueran bien recibidos por la otra.

Ann le pidió a Niragi su ayuda, ya que él en varias ocasiones había hecho regalos así para ligar con amantes, ella pensaba que Niragi tendría ya una idea, pero al llegar a su casa y tocar la puerta, se dio cuenta al instante que el peli negro ni siquiera se acordaba que vendría ni mucho menos que él era la mente maestra amorosa.

Estuvo a punto de pegarle hasta que vio un ramo de flores, que irónicamente en vez de flores tenía armas, entonces se le ocurrió la idea de regalarle un ramo de cartas enrolladas a modo de pergamino, aunque le iba a costar escribirlas, quería esforzarse.

-Sabes que, ya no hace falta que me ayudes con la idea, solo me tienes que ayudar a escribir unas cincuenta cartas para dentro de veinte horas- dijo ella entrando a la casa del peli negro y apartándolo sin cuidado.

-¿¡CINCUENTA CARTAS?!- exclamó él cerrando la puerta y mirándola como si fuese una loca.

-Sí, necesito hacer un ramo de cartas como ese para Kuina- dijo señalando escéptica el ramo con armas encima de la mesa.

-Ya... ¿Y sabes hacer esos ramos?

-¿No sabes hacerlos tú?- preguntó dándose la vuelta hacía él.

-No, me lo regaló mi ex, obviamente no lo voy a tirar pero no creo que ha Kuina le ilusione armas en un ramo, ella es más de cartas- le dijo y la peli negra lo miró mal.

-Bueno, solo sería comprar un ramo de flores, quitar las flores, escribir las cartas, enrollarlas y luego posicionarlas correctamente para que se forme un ramo de cartas- dijo enumerando, el otro solo la miró con cara de "como si fuera tan fácil".

Aún así, suspiró y aceptó. Bajaron a una tienda y compraron el ramo, después quitaron las flores y se dispusieron a hacer las cartas. Ambos eran malos en el tema de ser cursis o demostrar amor, pero poca opción le quedaba a Ann para demostrarle su amor a Kuina y menos opción le quedaba a Niragi que estaba obligado por la otra a ayudarla.

-Vale... ¿Alguna vez has hecho una carta?- preguntó, y sin siquiera dejar pronunciar palabra a su amiga aclaró- que no hayan sido para declarar a un cadáver o algo así, una carta de amor.

-No- respondió ella después de haber suspirado cansada por la aclaración del otro, esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.

Pero si de algo estaba segura, era que iba a hacer las cartas necesarias para hacer feliz a la mujer que amaba.

Empezaron por una carta sencilla;

"Tus labios como lirios en primavera, tus ojos atractivos como el polen, tu sonrisa que alegra mis días"

Eso se le ocurrió a Ann, porque Niragi solo sabía hacer poemas o cartas eróticas, cartas que Ann no querría enseñar a Kuina.

Siguieron así, haciendo y haciendo cartas, hasta que las enrrollaron y pusieron en el ramo.

Horas después, la pareja de chicas estaba cenando en un lindo descampado, apunto de darse sus regalos.

Kuina leyó cada una de las cartas, y como era tan sensible se puso a llorar, abrazar y besar tiernamente a Ann, quien solo pudo sonreír contenta de que le hubiera gustado.

Kuina le regaló dos entradas al concierto de Lady Gaga, ella era una gran fan de ella y Kuina le dio las entradas con un disco firmado, Ann lo recibió encantada y terminaron el día entre besos y abrazos.