18. Solo amantes

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El coqueteo entre Fran y Patricia comenzó desde su regreso a Londres, ella amaba caminar por los muelles, aunque siempre lo hacia acompañada de varios de sus criados, la zona no era un lugar que una joven debería frecuentar, pues los marineros eran hombres un poco salvajes, pero algo despertaba dentro de ella la sensación de aventura, la hacia sentirse libre

Mientras estaba en uno de sus recorridos pudo apreciar a un joven parado en el muelle, viendo al horizonte, pudo distinguir inmediatamente de quien se trataba, la curiosidad al final la domino y se acerco hasta donde el se encontraba, era aun mas guapo que como lo recordaba, el hombre ideal para cualquier mujer casadera, pero ella no quería terminar con el corazón destrozado como cuando se entero que estaba enamorado de una de sus sirvientas 

— Excelencia que hace tan tarde — Cuando el joven volvió la mirada se sorprendió de verla ahí, paseando como si fuera el parque 

— Mi lady, no debería estar usted aquí, es un lugar peligroso para una hermosa dama 

— Me alagan sus palabras, pero me se cuidar sola — El chico se sorprendió por la contestación pero solo sonrió 

— Hace frio, por que no me dejas invitarte una taza de té en mi oficina, esta aquí cerca — Sabia que no era correcto, pero después de todo era Fran lo conocía desde que eran niños y secretamente siempre estuvo enamorada de él, si el le pidiera irse y huir en ese mismo momento no podría negarse 

Cuando ambos jóvenes estuvieron a solas, pudieron dejar un poco las formalidades de lado, Fran estaba un poco incomoda, Patricia había cambiado con los años, su cabello, su piel y sus ojos todo en ella era un conjunto difícil de no admirar 

— Ahora se por que Nicolás lamenta tanto el perderte como socio — La voz de la chica lo hizo salir de su ensoñación 

— El sabrá perfectamente como continuar los negocios sin mi, tu debes de entender por que lo hice 

— El también lo hace, solo que le cuesta un poco entenderlo, pero al final el es el que decide que es lo que pierde al contraer matrimonio con esa arpía — Cuando se dio cuenta de su palabra solo se sonrojo, no debía expresarse de esa manera, pero Fran solto una sincera sonrisa 

— Camila esta muy lastimada, pero es joven, se que pronto su corazón se recuperaría, volverá a creer en el amor 

— ¿y usted Marques que sabe del amor? — Sabía que su pregunta había sido atrevida, pero ya la había hecho 

— Solo se que el amor es una distracción, nos desenfoca y nos hace perder el control de nuestras emociones — En sus palabra se podía sentir el dolor, la chica solo sonrío, no sabia por que mantenía una ligera esperanza, ella sabia que su corazón era de hielo y la única capaz de suavizarlo un poco era su hermana — Pero usted debe de pensar que el amor es lo que salvara al mundo 

— Se equivoca, yo tampoco creo en el amor, es un cuento del cual se encargan nuestras madres de hacernos creer cuando somos pequeñas, pero con el tiempo descubrimos las verdad, nos terminaremos casando con hombre a los cuales solo les importara su negocio, si titulo y su dinero, que con el tiempo nos dejaran de lado 

— No siempre es así, no se quien fue el canalla que te hizo creer eso, pero no lo es, además eres bella, educada y elegante, estoy seguro que mas de uno están dispuestos a proponerte matrimonio y hacerte feliz 

— Pero que pasa si yo no deseo eso, si yo no quiero un matrimonio, si deseo permanecer sola — Sus palabras dejaron a Fran estático en su lugar 

— Patricia — Su voz dejo de lado la formalidad — Si necesitas hablar, sabes que en mi tienes un amigo 

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