EL DUQUE AMERICANO

13. La Primer Cita

Ver al Marqués en esa postura intimido al Duque, pero esta vez haría las cosas bien, los secretos eran lo que le habían causado perder a Amelia, además de que ella era una arpía intrigosa, pero esta vez estaba dispuesto a seguir su corazón, su madre llevaba días insistiendo porque quería ser abuela, Camila era hermosa inteligente y no lo buscaría por dinero

 Cierta parte de su corazón quiso alejar a Amelia de Nicolás, pero en sus últimos encuentros todo lo que sentía era asco al pensar que Nicolás también la poseía en algunas noches, sin embargo su instinto lo hacía caer para enredarse en sus sábanas, por chismes dentro de los mismos círculos de amistades, se había enterado de que Nicolás llevaría a su esposa a viajar por más de un año y él no estaba dispuesto a morir de amor por ella

— Marques me alegra que tenga la oportunidad de recibirme, el día de ayer no era el momento más indicado para hacer esa petición pero...

— Pero supongo que su petición no podía esperar más — Su tono de voz reflejaba su clara molestia, volteo para colocar el rifle en el aparador que estaba a espalda del escritorio, acción que permitió que el joven respirara con más tranquilidad

— Sé que ha tenido peticiones para darle la mano de su hija, eso es lo que me impidió esperar más, también sé que no soy el pretendiente que usted esperaba para ella, pero me siento muy impresionado por ella, sé que puedo enamorarla y también que ella será una Duquesa maravillosa

— Sabes cuántos jóvenes han venido haciendo la misma petición que tú — El silencio se hizo notorio e incómodo, algo dentro de él le molestaba pensar en las citas que Camila ha tenido a través del tiempo — Han sido más de diez y esos mismos has salido con la crisma rota, mi hija es hermosa, inteligente y con una dote que pocas muchachas son capaces de presumir, pero es humana y por lo tanto también tiene sus demonios, sus deseos de vivir hacen que no se percate a tiempo de la maldad humana, tiene mi autorización para cortejarla, pero si ella decide que usted no es de su agrado se irá sin decir una palabra

— Me conformo con esa bendición de momento y entiendo perfectamente que ella tendrá la decisión final y admiro que usted le permita elegir — Sin más se levantó y le brindó una reverencia antes de salir de esa oficina, cuando cerró esa puerta pudo sentir como volvía a respirar con normalidad, se acercó a la sala, Camila parecía tranquila con su libro y Fran soltó una carcajada, tal vez por su pálida tez

— Yo de verdad esperaba que mi padre por fin estrenará ese rifle, pero bueno será otro día, que dices amigo te agrada la idea de ir de cacería con nosotros

— Fran por Dios, papá es incapaz de hacer algo así, entonces está seguro de querer salir conmigo — Ella sabía que después de hablar con su padre lo más probable es que deseara dejar el tema por la paz

— Mi propuesta sigue en pie si es tu así lo deseas, por lo tanto si estas lista te pido nos vayamos — Camila sonrió por el atrevimiento del joven, al parecer era lo más aventurero de lo que se imaginaba

— Madre puedes pedirle a tu Penélope que me acompañe — La Marquesa parecía encantada con la petición, pero en ese momento salió del estudio el Marqués llamando la atención de todos y se puso de pie en la entrada de la estancia

— Eso no será necesario querida, le he pedido a Hortensia que los acompañe, está terminando de alistarse, si me permiten volveré a mis libros — La señora era conocida por los estrictos modales cuando se trataba de la convivencia de dos jóvenes, Fran estaba más que divertido y la pobre esposa de aquel hombre mortificada por la decisión de su marido, pero sin más que objetar aceptó la decisión de su marido

Después de media hora, por fin lograron salir de la mansión, dentro del carruaje se encontraba Camila y su tierna acompañante, mientras en frente se colocaba el Duque, nada contento, cuando vio lo sobreprotectora que podría ser la señora que le había sido impuesta como compañía, quedaba claro que el padre de la chica no le haría las cosas para nada fáciles