Capítulo 91: Recta final

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Un fuerte golpe fue dado a un pequeño de cabellos verdes, haciendo que saliera disparado hacia atrás, chocándose contra varios árboles, rompiéndolos en el proceso. Al frente de él, se veía a la misma mujer de cabellos verdes, alta y con un cuerpo bien formado sin llegar a lo exagerado, tenía el puño en alto, ella fue quien lo atacó...

"¡Ponte de pie!, ¡En el suelo no logras nada!", gritó la mujer mientras que se lanzaba a darle una potente patada al niño, quien a duras penas lo bloqueó con su brazo. El ataque fue tal que su antebrazo con el que se cubrió terminó por romperse, haciendo que diera un fuerte quejido de dolor, aunque, a diferencia de las otras veces...ahora ya no lloraba...

"Ma-Maldición...", dijo el chico mientras que intentaba darle un potente golpe a su madre, no obstante, esta atrapó su puño con su mano, aplastándolo. Una sonrisa socarrona se mostró en el rostro de ella, solo para darle una patada baja, haciendo que este cayera al suelo, al ver hacia arriba, pudo ver como un puño se dirigía a su cabeza...

El primer golpe, logró esquivarlo a penas, pero el segundo terminó por darle, siendo un impacto potente, causando un cráter en la zona de impacto. Una pequeña ráfaga de aire salió hacia todos lados, haciendo que los árboles se sacudieran un poco por ello, mientras que el niño parecía ya no moverse...la mujer seguía con su sonrisa de siempre...

"Tsk...duraste un poco más, Izuku...", dijo Inko mientras que quitaba el puño de la cara de su hijo, dejando ver que tenía sus ojos entre abiertos y respiraba lentamente. Al verlo bien, pudo ver todo lo que tenía, huesos rotos, sangrado subcutáneo, moretones, fracturas craneales, realmente se había pasado con él...no, no era para tanto...

El pequeño tosió sangre, solo para sentir como su mamá lo tomaba del pie y lo arrastraba por un largo camino de piedras filosas, haciendo que sangrara y recibiera más daños. Al final se detuvieron, solo para ver como esta lo lanzaba a un río el cual empezó a llevarse al peliverde menor por un largo camino el cual iba a terminar en una cascada...

"Si no reaccionas...es probable que mueras...hmp...que decepción que el que se hace llamar mi hijo muera...", dijo la mujer con tono alto para llamar la atención del chico. Este se enojó, no podía permitir que su mamá dijera eso...apretó sus puños y giró su mirada, viendo como ya estaba algo cerca de aquella cascada, haciendo que se alterase...

Como pudo, se intentó mover, lográndolo a duras penas y con mucho dolor, logrando atrapar una rama de un árbol que estaba por allí. Se salvó...lo logró...bueno, al parecer no, ya que su madre de un rápido golpe de tajo cortó aquella rama, haciendo que Izuku volviera a ser arrastrado, dejándolo helado, ahora estaba más cerca de la cascada...

"¡Eso es trampa!, ¡Esfuérzate malparido!, ¡Por algo dices ser mi hijo!, ¡¿No?!", gritó la mujer con enojo, mientras que Izuku también parecía contagiarse de esa ira. El pequeño como pudo se movió, logrando ponerse boca abajo y empezando a nadar estilo libre como podía, a pesar de que sus huesos estuvieran fracturados, tuviera un gran sangrado bajo piel...

- Una gran adrenalina se apoderó de él y nadó como nunca lo hizo...

- Quizás el estar a punto de morir lo impulsó...

- O fueron los gritos de su madre...no lo sabía...

5 minutos después:

Tras haber estado nadando como loco, el niño ahora se encontraba en tierra firme, con sus pies colgando por el risco que daba a la cascada. Tenía una respiración agitada y ahora escupía una combinación entre sangre y agua, temblaba por todo el dolor del cuerpo, pero estaba realmente aliviado, se sentía bastante vivo luego de haber escapado de la muerte...

"Jajaja...lo logré...", fue lo que dijo el chico mientras que alzaba un puño al aire, sintiendo emoción, solo para ver como su madre estaba de pie al frente de él, mirándolo hacia abajo y él quedando a su sombra, lo miraba detenidamente a esa sonrisa que tenía...bueno, suponía que cualquiera reaccionaría así tras hacer lo que hizo, en especial por habe restado muy herido...

Izuku HanmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora