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Nabi.

Las palmas de mis manos se encontraban sudorosas y, a pesar del frío por ser bastante tarde, no podía dejar de sentirme cálida por mis nervios. Me había vestido de manera casual para la ocasión, ya que no comprendía muy bien qué clase de impresión quería darle a Hyuno aún. Mi abrigo largo revoloteaba travieso por el viento y, de cierta manera, me distraía levemente de la situación.

Mi último mensaje para Hyuno había sido un breve «ya estoy aquí» y no había recibido alguna respuesta por su parte, haciéndome sentir insegura y pensando en la posibilidad de que quizás se había arrepentido de juntarse finalmente conmigo.

Suspiré pesadamente y miré la hora en mi móvil, aún quedaban tres minutos para las diez, por lo que tenía la esperanza de que el muchacho llegara y no me dejara plantada como me advertía mi ansiedad.

Alcé mi vista y divisé los hermosos rascacielos que se lograban ver desde el parque Montmartre, mostrando pequeños cuadrados iluminados con las luces de cada habitación, de cada vida que habitaba en él. Imaginé cómo sería vivir en aquel sector y definitivamente me pareció una pésima idea, ya que actualmente me gustaba mi lugar de residencia y estar cerca de mi karaoke favorito.

Bufé pesadamente y metí mis manos en los bolsillos del abrigo, sintiendo cómo el frío ya comenzaba a apoderarse de mí, a pesar de sentirme aún nerviosa. Aunque habíamos conversado brevemente hoy, mi confesión de la noche anterior no lograba salir de mi cabeza, en especial el hecho de que había sido prácticamente textual y no daba espacio a dudas.

Le había dicho que me gustaba y aquello incluso a mí me había tomado por sorpresa. Sabía que estaba sintiendo cosas extrañas por Hyuno, pero nunca pensé que las enfrentaría de aquella manera, en especial porque tenía un poco de sueño y mis sentidos no estaban funcionando de manera correcta.

De un momento a otro, pensé en huir, preocupada por cómo actuar tras haberle dicho eso. ¿Cómo lo miraría a los ojos sin ponerme nerviosa? O peor aún, ¿cómo reaccionaría yo al ver por fin el rostro de Hyuno? Tenía tantas dudas pasando por mi cabeza y no era posible de responder ninguna. Estaba prácticamente en blanco con las soluciones, sólo era capaz de formular preguntas catastróficas.

Me moví desesperada en círculos, intentando respirar como me había enseñado mi psicóloga años atras. «Inspira cuatro segundos, mantiene siete y suelta ocho», me comencé a repetir mentalmente de manera inconsciente e infinita, intentando buscarle un sentido a mis nervios y a estar ahí para conocer finalmente a un completo desconocido.

Bueno, casi desconocido, porque Hyuno incluso había entrado a mi departamento.

El frío ya estaba siendo levemente insoportable, miré la hora en mi móvil rápidamente para volver a guardarlo en mi bolsillo y dejé salir el aire de mis pulmones de forma molesta. Ya habían pasado ocho minutos de las diez y mis afirmaciones de que Hyuno se había arrepentido de juntarnos cada vez pesaban más y se hacían evidentes.

Dejé de dar círculos de manera enfermiza para comenzar a caminar de regreso a mi casa, pero unos pasos a mi espalda me detuvieron de manera súbita. Cerré los ojos y no giré, esperando que aquello hubiera sido una jugarreta de mi mente y no Hyuno llegando a nuestro lugar de encuentro.

—¿Estás intentando huir de mí?

«Oh, mierda. Para nada... ¿O puede que sí?».

cool with you ; j. yunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora