🌹 Capitulo I 🌹

251 19 0
                                    

El alfa caminaba de manera despreocupada junto a la Omega que tenía tomada de la mano y se disponían a salir de aquel lugar.

-O cierto se me olvidó-Dijo la fémina deteniendo su andar-Deje mi teléfono en mi habitación.

-No hay problema ve por el si lo deseas-Dijo el alfa con cortesía.

-Siempre tan amable-Contesto la Omega mientras le daba un ligero beso en los labios-No me tardo.

Pero la verdad es que el alfa se preparaba para una larga espera, pues conocía aquella casa y sabía que el cuarto de la fémina quedaba bastante retirado del lugar. Suspiro cansino preparándose para la espera mientras la Omega soltaba su mano y comenzaba a dirigirse de manera presurosa hacía las escaleras.

El alfa cerró los ojos al verse solo en aquel lugar, debía de tomar la oportunidad de descansar un poco la vista luego de revisar los miles de reportes que le habían mandado. Pero aquel breve descanso fue interrumpido nada más ni menos que por una bella melodía de un piano que se percibía alrededor.

Para Elisa

Era interpretado de manera majestuosa y algo en el se despertó, su lobo inquieto comenzó a buscar de manera desesperada el origen de aquella sublime melodía, la verdad no etnia aquella reacción de su lobo, pero como siempre siguió su instinto y le dio la razón aquella vocecita en su cabeza que le día: "Sigue la melodía".

Como si del flautista de Hamelin se tratase, el alfa comenzó a pasearse por las habitación del primer piso de aquella mansión, por los pasillos desérticos, siendo su única guía aquel deleite de melodía, que para su suerte cada vez más se iba acercando a su origen pues cada paso que daba el piano sonaba más y más fuerte.

De manera imprudente y mal educada podría pensar, abrió las puertas del salón donde el distinguió que provenía la canción.

¿Qué es esto?

¿Acaso aquellas puertas no eran más que un portal que lo llevarían al cielo? ¿Había fallecido? porque si no era así, ¿Porque, entonces ante sus ojos tenía ángel tocando el piano?

Efectivamente sus instintos de alfa lo había llevado al salón de música en dónde reposaban varios instrumentos musicales a la espera de ser tomados, pero al centro se encontraba un brillante piano de cola color caoba en dónde aquel magnífico e idílico ser con los ojos cerrados interpretaba ahora una Sonata muy melódica.

El ángel era simplemente sublime, con piel pálida cual porcelana, cabello castaño color miel que caía de manera grácil y lacia sobre la frente, una nariz puntiaguda y esbelta unos labios carmin cuál pétalos de rosa y tan relleno y delicados como si fueran gomitas de cereza, unas pestañas largas y pobladas que estaba seguro producían huracanes en tierras lejanas cuando las batía

Era sublime

Ni la más hermosa obra de Van Gogh se podría comparar con aquel hermoso ser, el alfa estaba hechizado por aquella criatura que no podía quitar su mirada sobre su anatomía, mientras aquellas sublimes melodías le daban un toque especial al cuadro que estaba presenciando.

Sin embargo había algo que le producía extrañeza, ningún aroma era perceptible para su lobo más que un tenue olor a leche que inundaba el salón.

Cachorro

Estaba en presencia de un cachorro aún no presentado.

Aquella majestuosa vista, el olor y la música logro hechizarlo, tanto que regreso a sus 5 sentidos cuando escucho la melodía ser detenida, con rapidez su mirada se topó con unos pozos azulinos que le devolvían la mirada asustada.

Unas gemas azules como el cielo, unos ojos dignos de un ángel.

Aquel ángel rápidamente se paró del banquillo del piano enderezó su postura haciendo una reverencia muy pronunciada.

The different Prince (The Crown 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora