-Makko, espero que puedas perdonarme, ya no podré estar contigo, estoy segura que nos volveremos a ver...-
-E-eh? Dónde e-estoy...?- Makko se había despertado en una habitación vacía, aún tenía los efectos de los calmantes así que no podía moverse mucho, se sentía mareada y le dolía el cuerpo. Lo último que recordaba era haber peleado con Yashino. -Carajo, me duelen mucho los brazos, no creí que ella tuviera tanta fuerza. Acaso a eso se deben los vendajes que llevo puestos?.- Esta traía vendados los brazos, pues durante su pelea se había hecho bastante daño en estos y se había provocado numerosos rasguños.
-Tal vez si me hubiera centrado también en bloquear sus golpes y después la hubiera dado un derechazo, no estaría en esta situación. Tu y yo ya habríamos salido, no lo crees Akari?... Akari?- Al notar que se encontraba completamente sola se puso inquieta, empezó a caminar en círculos y a gritar el nombre de su amiga.
Tras pasar alrededor de unos 10 minutos a esta se le empezó a cansar un poco la voz, y en vez de seguir gritando empezó a golpear la única cosa de esa habitación: una puerta. Estaba reforzada, lo que la hacía más difícil de abrir. -¡Ya me estoy empezando a hartar de este lugar! ¿Por qué estoy aquí? Lo único que hice fue defender a Akari, ahora ni siquiera sé donde pueda estar ella y yo..., yo me siento sola aquí... ¡ABRAN LA MALDITA PUERTA! ¡¿ES TAN DIFÍCIL HACER ESO?! ¡ÁBRANLA YA! Solamente, tienen que abrir la maldita puerta...-
Makko dejó de tratar de tirar la puerta y empezó a llorar en un tono muy bajo. Estaba sola, tenía miedo, pero también en su interior había bastante rabia y rencor. Era comprensible, la habían separado de la única persona que le había demostrado com es ser querido, y esa persona era Akari. Siempre fue la única que le prestaba atención, ni siquiera recordaba que sus padres le hubieran hablado alguna vez, se la pasaban haciendo llamadas, trabajando y las veces que tenían el día libre se la pasaban discutiendo, pues no tenían una relación muy buena. Akari siempre fue el único consuelo de Makko, la única persona con la que se sentía protegida, y ya no la vería más.
Después de calmarse un poco, decidió ir a observar que había afuera de la puerta, esto lo podría hacer gracias a una pequeña ventanilla que esta tenía aunque lo que vio no fue nada agradable. Puso un poco más de atención al entorno y noto que el ruido era casi escaso, a excepción de algunos gritos efímeros que se oían, cada que se escuchaba uno a Makko le llegaba una sensación de escalofríos por todo el cuerpo.
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-Todos nos vamos a morir...-
-DÉJENME SALIR...-
-jajajajajajajaja...-
-BASTA YAAAAAAAAAA...-
-yo me encuentro bastante bien y tú?...-
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-Esto es el mismísimo infierno...- Cuando notó que alguien se acercaba a la puerta esta se alejó y se puso en una posición defensiva. Al principio no reconoció de quien se trataba cuando esa persona entró pero en cuanto lo supo, no dudo ningún segundo y esta se dispuso a atacar con todo. Con lo que no contaba es que la licenciada también había aprendido artes marciales, lo cual es bastante útil y necesario en el trabajo que desempeña.
Lo primero que intentó Makko fue fintar y después darle rápidamente un derechazo a la licenciada pero los reflejos de esta eran bastante buenos, la agarró del brazo y la puso contra la pared, dejando a Makko incapaz de atacar o liberarse. -Tu no solías ser así cariño, ¿qué fue lo que te pasó?-.-Quizás fue que tratan a Akari como un ser inexistente y luego me acusan de loca, se lo repetiré una vez, no estoy enferma, solamente quería jugar con Akari y esto es lo que me gano...-.-Te lo voy a explicar así que te soltaré, pero no intentes hacer nada precipitado, ¿comprendes?-
-Escucha bien Makko, a esa persona a la que tu has estado llamando Akari todo este tiempo, lamento decirte que no existe, es parte de tu imaginación, pero ahora eso te esta afectando la cabeza y me atrevo a decir que es la razón de tu comportamiento últimamente agresivo.- Después de haber dicho esto, Makko no supo como reaccionar pero estaba segura de algo, Akari era real, era su única amiga, la única en quién podía confiar y no iba a permitir que hablaran así de ella pero entre sus valores se encontraba la de no romper promesas.
-¿Usted cómo se atreve a decir ese tipo de cosas? Se ha atrevido a decir que prácticamente Akari no es importante. Tengo principios y he hecho con usted una promesa pero tenga por seguro que algún día voy a salir de este infierno con Akari y ese día tomaré venganza. Ya no me importa lo demás, el día que la vuelva a ver le prometo, mejor dicho, le juro que usted y yo arreglaremos cuentas, así que ahora debería irse de aquí...- La licenciada se levantó, se dirigió a la puerta y con una mirada llena de lástima y preocupación, miró a los ojos a Makko, le deseó suerte y se retiró. Esa fue la última vez que Makko volvió a verla.
Ni siquiera Makko se creía capaz de eso, hizo un juramento en vano quizás, pero ya no podía hacer nada. Se sentó delante de la puerta y empezó a sollosar. Ya no era la misma persona de antes, amable y divertida, ya no. Todos sabían eso, sus amigos, Akari, el personal y la licenciada, quien se había quedado al otro lado de la puerta y había escuchado a Makko llorar de nuevo. Era claro que Makko estaba emocionalmente inestable...
Yo misma me sorprendí con lo que acabo de escribir XD
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No estoy enferma, solo quiero jugar!
Short StoryMakko, es llevada a un extraño campamento junto con su amiga. El problema no es ninguno, al menos no para ella.