gallina (v. barco x a. giay)

uno; palabras.

tercera persona.

valentín entiende que la generación de jovenes de hoy en día -esa de la que lamentablemente forma parte- no se cansa de inventar cosas tontas con la vaga excusa de que es para divertirse o pasar el rato. cada día salen con algo nuevo y una cosa es mas loca que la otra, no sabe de donde sacan ingenio para crear tantas pelotudeces juntas que a veces no tienen ni sentido.

no es un santo, alguna vez habrá contribuido a determinada causa solo para ser aceptado dentro de un circulo social popular, algo de lo que no se enorgullecía ahora que había crecido y se creía lo suficientemente maduro como para no volver a caer en esos jueguitos de pendejos...o bueno, eso era lo que pensaba hasta que llegó agustín para meterse en su vida y sacarle lo tímido y reservado a la fuerza.

básicamente obligándolo a meterse lo introvertido por el orto.

entonces, volviendo al hecho de que valentín entiende a la generación de hoy en día; no se sorprende cuando su mejor amigo, un año mayor que él y por lo tanto un año mas maduro -o eso quiso creer- le propone jugar a algo para matar el tiempo porque está aburrido y quiere un poco de diversión a su costa.

como si pudiera pasar horas con los pulgares pegados al joystick y las retinas oculares en la miseria por tanto tiempo mirando fijamente a una pantalla incandescente, el colorado se voltea con toda la paja del mundo a mirar al castaño para saber con que virgada le iba a salir ahora.

a giay se lo conocía por ser impredecible, nunca se sabía con qué podía saltar. a veces sacaba buenas ideas, tenía que darle un poco de crédito, pero otras...eran para rezar tres padres nuestro y un ave maría.

si agustín tiraba la de verdad o reto o el juego de la botella con solo dos personas, juraba que lo ahorcaría y escondería su cuerpo en el ropero porque no eran pibitas hormonales para jugar esa clase de mariconadas. total, nadie lo iba a extrañar.

bue, re forro.

-no puedo, soy de boca.

es una especie de chiste interno que usa como excusa para todo y parece encajar perfecto con la situación, después de todo, gay chicken se traduce -si no le va tan mal en inglés- literalmente como gallina gay y él no es gay.

mucho menos gallina.

-dale, tarado-giay se ríe, aceptando que fue gracioso.

-¿y qué hay que hacer?-despega sus ojos de los muñequitos persiguiendo a una pelota, pausa el juego y mira a agus quien está sentado en el piso alfombrado de su habitación ya mirándolo también con una sonrisa maliciosa por haber aceptado.

en realidad no lo hizo, pero agustín sabe que esta pronto a conseguir una afirmativa de su parte y valentín siente que lo odia por conocerlo tan bien.

-es fácil, te explico-se sube a la cama para sentarse cruzando sus piernas en posición de indio y le quita el control de las manos para dejarlo a un costado, tiene la expresión de un nene contento con juguete nuevo mientras habla.

al parecer es un juego bastante común entre el piberio y valentín no lo quiere juzgar, pero eso de hacerse halagos entre dos hombres suena de lo mas puto y él no lo es, para aclarar. también piensa que tendría mas sentido jugarlo con una chica, una que le guste o le atraiga y la haga sonrojar para sentirse como todo un ganador, no con su mejor amigo que encima tiene esa pinta de atorrante que te arruina la psiquis con una sola sonrisa aunque es mas bueno que el pan. no, gracias.

-no le encuentro la gracia, re de trolo eso, pa-quiere volver a agarrar el joystick pero agustín no se lo permite, escondiéndolo detrás de su espalda para que no pueda alcanzarlo.