diez; acabar.

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tercera persona.

había pasado casi medio mes desde la ultima vez que se vieron, no tuvieron tiempo de frecuentarse en semanas de cierre de trimestres por poner la responsabilidad educativa por encima de sus necesidades adolescentes. aún así, no hubo día en los que no se mensajearan o se videollamaran, así sea para estudiar en absoluto silencio o hacerse compañía mutua mientras completaban tareas.

en el inicio de vacaciones de invierno a los padres de valentín no se les ocurrió mejor idea que salir e irse todo el fin de semana fuera de la provincia para festejar quien sabe qué, dejando a su unico hijo al cuidado del hogar con total confianza, pues este ya había demostrado ser lo suficientemente responsable como para no morir de hambre o quemar la casa en el intento mientras los mayores no estaban.

así que una vez seguro de que estaba solo y con la noche cayendo sobre la ciudad, a barco se le iluminó la lamparita sobre la cabeza cuando cayó en cuenta de que podía invitar a su novio para disfrutar de su compañía sin preocuparse porque sus progenitores los cacharan. agustín había aceptado que así sería por lo menos hasta que valentín tuviera el valor necesario para contárselo a los mayores, y no le molestaba mantenerlo en secreto con tal de poder estar con él. valentín ya lo amaba por eso.

valentín le escribe a giay por whatsapp -había vuelto a establecerlo como "negro verdulero" por miedo a que alguien pudiera leer el agendado por error o casualidad y le preguntaran por ello- y recibe una respuesta inmediata por lo que se mete a bañar en lo que espera al santafesino.



una vez listo, escucha el timbre de la casa y revolea la toalla por ahí para correr a toda prisa hasta la puerta de entrada. en cuanto abre, valentín se arrepiente de haber salido sin nada mas que unos shorts puestos que apenas le cubren la mitad de los muslos pálidos y regordetes, agradece haber elegido un buzo que le tapaba la parte superior ya que es lo suficientemente abrigado como para no hacerlo temblar de frío.


por suerte, las bajas temperaturas no logran calar por completo en su cuerpo cuando yaestá siendo empujado dentro y contra una pared por una mano ajena alrededor de su cuello que lo hace retroceder hasta que queda pegado al concreto. y luego lo estan besando, fuerte y demandante.

valentín no se queja, de hecho, la acción sorpresiva le gusta tanto que le resulta imposible guardarse el jadeo escandaloso que se le escapa cuando la lengua del castaño profundiza en su boca buscando quitarle el aliento. por inercia, algo así como un reflejo, el pelirrojo alza una de sus piernas para engancharla en la cadera del mas alto y así terminar de acercar sus cuerpos, giay aprovecha y le aprieta el musculo haciéndolo sobresaltarse.

aturdido por el ataque, le cuesta reaccionar una vez que agustín deja de besarlo para saludarlo como es debido.

—hola...—murmura con una sonrisa y los ojos brillosos—que considerado haberme invitado a comernos.

—a comer, agustín, a comer.—deja un ultimo besito en su boca y lo empuja con un poco de fuerza, ya que al ser giay mas alto que él, debe ponerle ánimos al asunto si quiere moverlo aunque sea unos centímetros lejos de su cuerpo.

además, valentín jura que si el castaño sigue viéndolo con esos ojos pícaros y esa sonrisita atorrante de marca registrada, se pasa los planes de la cena por el orto y se lo lleva a rastras a la habitación...o bueno, lo obliga a que lo lleve en brazos mientras el se encarga de magullarle los labios a besos en el camino.

gallina (v. barco x a. giay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora