Impredecible

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Capítulo 3: Impredecible

P.O.V Charlotte Austin

-¡Oh rayos!- murmuré empujando a Engfa contra el vehículo cuando escuché dos disparos. El convertible nos cubrió del ataque, casi podría jurar que escuché el sonido de las balas golpeando en el otro extremo del carro.

Mi cuerpo casi cubría el de la castaña. Miré hacia ella, moviendo mis brazos para que pudiese levantarse un poco. No había sorpresa ni miedo en su rostro, solo un gesto divertido. Llevé mis manos a mi pistola y le di la espalda a P'Fa aún en cuclillas. Asomé un poco el rostro y vi a tres hombres con vestidos elegantes.

-Pásame las llaves.- me ordenó Waraha, giré el rostro para mirarla y obedecí de inmediato. Ella agarró la llave y tiró de mi mientras abría la puerta.

La lluvia de disparos no se hizo esperar, me sentía en medio de una película, solo que esto no era una película y en cualquier momento podrían matarnos. Esta gente nos había estado esperando fuera del casino y no habían dudado en disparar en el momento que nos vieron. Las balas golpeaban los cristales, el que estaba del lado de P'Fa se comenzó a craquear luego de tres balazos.

-¡Oh dios!- susurré.

Engfa había logrado encender el vehículo y estaba poniéndolo en marcha. Para mi sorpresa, mientras manejaba con una mano con la otra había alcanzado una pistola del maletero del carro.

Waraha manejaba como una completa desquiciada. Tenia un rostro estoico y era difícil saber si se sentía asustada o intimidada por el vehículo que nos seguía las pisadas. Dejando de mirarla bajé la vista a mi brazo y observé como la sangre manchaba la chaqueta negra. Al parecer una bala me había rosado, pero no parecía ser algo grave.

- Necesitarás el cinturon.- me avisó e hizo un viraje en u que me hizo moverme de un lado al otro. Por un momento recordé los años de mi niñez, en especial las fiestas de piñatas: me sentí la piñata por un momento.

Le habíamos sacado algo de ventaja al vehículo que nos seguía, pero aun estaban ahí. Miré por el retrovisor segundos antes de que Engfa volviese a tomar una curva y yo volviese a golpearme contra la puerta. ¡Esta mujer la sacaron del infierno y ella quiere regresar allá!

-¡Deja de dar vueltas!- grité sin detenerme a pensar.

P'Fa por primera vez en la noche pareció entender que realmente yo estaba ahí con ella, su expresiva mirada hizo contacto con la mía y una sonrisa coqueta hizo acto de presencia. ¡Casi parece que le dije que acelerase!

- Toma el volante.- me dijo golpeando un botón en el lado derecho del guíe. La capota del auto comenzó a descender, lo suficiente para que Waraha abandonase su asiento. Espantada tomé su lugar antes de que los disparos resonasen en mis oídos. ¿Está loca?

Engfa disparó únicamente tres veces. Escuché el sonido de gomas contra el asfalto y cuando miré por el retrovisor vi el auto quedándose atras. Le había dado en las gomas con precisión. Waraha se ubicó en el asiento donde yo había estado sin decir nada y yo reduje la velocidad hasta esar en ley. Mi respiración estaba acelerada y me sentía cansada de momento.

- Emocionante ¿no te parece?- me preguntó cuando al parecer el silencio le pareció insoportable.

La miré por algunos segundos. Ella tenía una sonrisa en sus labios, el viento le removía el cabello y sus ojos lucían menos fríos. Casi parecía una persona común y corriente: con sus momentos difíciles, pero enfrentándose a la vida con optimismo.

- Si ignoramos que el auto apenas ha sobrevivido...- susurré, llevaba meses sin vivir la experiencia de una persecución. Todavía sentía la sangre bombeando apresuradamente a través de mis arterias.

Mimetismo: Nada es lo que Parece (Englot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora