Comenzando a Amarla

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Capítulo 8
Comenzando a amarla

Hacía un frío espeluznante. La mañana se levantaba perezosa en el horizonte. Miré el reloj, molesta conmigo misma por haberme desvelado. Pocas veces el insomnio me atacaba, pero había estado un poco nerviosa luego de los eventos de la noche anterior.

Luego de la repentina llegada de Heidi, no había vuelto a habar con Waraha. Engfa se fue con su amiga a la habitación y solo salió horas más tarde. Estaba cambiada; vestía un traje bastante cortó color plata que le quedaba como tejido al cuerpo. Me dedicó una sonrisa y sin decir nada supe que iríamos al casino.

Seguimos la rutina de siempre. La mujer de la noche anterior no estaba, así que no había necesidad de espectáculos. Engfa no parecía muy fan de andar besándose por el casino. En su lugar, se había adueñado de una mesa y coqueteaba sutilmente con la camarera de turno. Me percaté de que preguntaba por alguien, pero no logré capturar el nombre.

-¿Hoy no juegas?- pregunté confundida mientras pasaban las horas.

-No, hoy no.- susurró.

Había cambiado por completo. Estaba tensa y con gesto serio. No era la Engfa de la cita. Esta mujer inspiraba temor y el aura a su alrededor casi exigía reverencia. Era sexy, pero no era la mujer que hacia que mi corazón se acelerase. No era la mujer que me inspiraba curiosidad y que me hacía olvidar mi misión. Esta Waraha delante de mi se parecía a la imagen que mis padres me habían mostrado sobre los villanos.

-¿Mook? ¿Eres tu, krasivyy (preciosa)?- cuestionó el hombre con extraño acento, evidentemente ruso. Tenía el cabello gris y la piel pálida con muchas pecas sobre su nariz. El traje de diseñador negro escondía lo que parecía un cuerpo atlético.

-Andrey, tanto tiempo.- habló P'Fa, había sorpresa fingida en su voz.

- Pero si mírate, eres una hermosura. ¿Hace cuánto no nos vemos, diez años?- cuestionó el hombre, claramente tenía unos quince años más que Engfa.

- Oh si, la última vez fue en el cumpleaños número diez y seis de Heidi.- comentó la castaña, había algo oscuro en aquellas palabras. Algo en la mirada de P'Fa provocó un escalofrío en mi cuerpo. Aquella mirada podría haber sido confundida con deseo, pero no lo era, lo pude distinguir de inmediato.

- Cierto...la pequeña y traviesa Heidi. ¿Cómo está ella?- preguntó el hombre con media sonrisa, ubicándose a la derecha de P'Fa, estaba obviándo mi presencia intencionadamente.

-Muy bien. Está aquí, se sentía cansada y por eso no me acompañó hoy.- respondió Engfa tomando de su copa de su vino blanco.

-Espero poder verla entonces. Seguramente...ha de estar hermosa, como tu.- habló Andrey con una sonrisa, una que no me gustó.

- Ella seguro se alegrará de verte, eras como nuestro tío preferido.- comentó Waraha.

-Tampoco era para tanto, no somos familia ni nada. Solo era como un gran amigo.- habló él con una sonrisa.

Engfa se movió, echándo su asiento un poco hacia atrás y cruzándose de piernas. El desgraciado traje se subió, mostrando sus cremosos muslos. Levanté la mirada de inmediato, el hombre delante de mi también había bajado la vista. El descarado tenía sus ojos fijos en las piernas de P'Fa. Cuando la miré para indicarle que debería cambiar su posición, comprendí que el movimiento habia sido intencional.

Ella quería provocarlo.

Fruncí el ceño sintiendo un extraño sentimiento. Engfa era coqueta por naturaleza, pero jamás había hecho algo así. Además, hace algunas horas prácticamente me había dicho que deseaba intentar algo conmigo. ¿Pensaba seguir coqueteando con todos?

Mimetismo: Nada es lo que Parece (Englot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora