Mes 1. Semana 1- Sangre sobre los orbes.

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-... Bajas inesperadas. Ya que no encontramos a Teemo, hemos buscado un sustituto para su posición. Adelante, pasa -.

Zilean hablaba a toda prisa. Al parecer Ian y Teemo habían desaparecido y no daban señales de vida. Zilean a toda prisa había elegido a un campeón para la posición de la calle superior. Una mujer que bien podría ser de la edad de Kaedra entró en la sala. No era muy alta, lucía unos ropajes poco cuidados, y llevaba una espada rota en la mano:

-Esta es Riven. Su invocador seré yo en esta partida, no podemos permitirnos el lujo de retrasar más las clasificatorias. Por lo demás, el resto de las posiciones permanece igual. ¿Alguna duda? -.

Como nadie respondió, Zilean asintió:

-Bien pues. Colocad las manos en los orbes -.

De nuevo un chispazo frío como el hielo recorriendo el cuerpo de Kaedra y al abrir los ojos estaba en la fuente de invocación. Soraka se incorporó y miró a Ezreal:

-¿Qué tal tus días de descanso, Elisa? -.

Ezreal sonrió:

-Un poco cansados, pero he podido reponer fuerzas -.

"Bienvenidos a la grieta del invocador"

Lee Sin seguía serio como siempre, perdido en sus pensamientos. Annie jugaba con su oso de peluche antes de que bajaran la barrera, y la nueva, Riven... Parecía que algo la atenazaba por dentro, pero no habría sabido decir el qué. Todos tomaron sus calles. Mientras Soraka y Ezreal iban de camino a la torre la curiosidad la superó:

-Me fascina Riven, pero tiene algo que no encaja -.

Ezreal respondió sin mirar:

-Yo también me he dado cuenta -.

Al pasar al lado de unos arbustos, una rama, un crujir de algo, un cambio en el viento hizo que Ezreal apartara a Soraka de un manotazo al tiempo que de entre la maleza emergía el equipo enemigo:

-¡Invasión! -.

Un hombre con una gran coleta y una katana larga y afilada arremetió contra Ezreal atravesándole la pierna. Justo se le echaban encima un robot amarillo y un hombre gordo con un barril de vino bajo el brazo. Ezreal se tambaleó y cayó al suelo. El hombre de la katana levantó la espada para el golpe de gracia, Soraka intentó curarlo a tiempo, pero era demasiado tarde. La espada empezó a descender y sonó un chocar de metales. Ezreal abrió los ojos. Riven había bloqueado la espada del hombre con coleta y apretaba los dientes:

-Tú... Te he estado buscando, Yasuo... -.

La ira se reflejaba en la voz de Riven:

-Voy a hacerte pedazos hasta que no puedas recomponerte ni en la fuente -.

Riven se movió con un paso ágil e hizo retroceder a Yasuo:

-¡Gragas! -.

Gragas se giró y vió a Soraka:

-Ahora no Kaedra, aquí somos enemigos -.

Justo sonó otro golpe contra metal y el robot amarillo estaba volando por los aires después de recibir una patada en la sien por parte de Lee Sin. Un disparo sonó cerca de Ezreal, un hombre de color con dos pistolas emergió de los arbustos. Soraka curó a Ezreal la herida de la pierna y este se recompuso con velocidad, disparando en el pecho a Yasuo, que retrocedió dolorido. Riven agarró a Yasuo del brazo y lo arrastró consigo lejos de la batalla. Mientras, el hombre de las dos pistolas ya se batía en duelo contra Lee Sin. Lee Sin esquivaba bien las balas, pero tenía varios impactos en las piernas y en los brazos. Soraka lo curó rápidamente al tiempo que una mano la agarraba y la arrastraba hasta el robot amarillo. Ezreal apareció en mitad de una explosión de luz detrás del hombre de las pistolas y lo fulminó aprovechando que estaba distraído. Un barril de vino golpeó a Lee Sin y explotó, dejando a Lee Sin seriamente herido. Soraka empezó a curarlo justo cuando el robot la derribó con un gancho ascendente. Ezreal intentó derribar a Gragas de un placaje, pero era como intentar mover una montaña. Gragas placó contra Ezreal y lo hizo volar, y , justo cuando iba a ejecutarlo, Riven apareció entre los arbustos y acabó con Gragas. El robot amarillo no tardo en caer después de eso. Se hizo el silencio de nuevo:

-Riven, tú... -.

Pero antes de que Soraka acabara la frase, Riven ya estaba ejecutando la vuelta a base al igual que Lee Sin. Soraka curó a Ezreal y siguieron avanzando hacia la torre:

-¿Estás bien, Ezreal? -.

Ezreal asintió:

-No sabía que conocieras a Gragas -.

Soraka se vio sorprendida:

-¿Tú también? -.

-No es difícil saber quien es. Conoce todas las posadas de Runaterra. Me lo encontré en una taberna al norte de Demacia. Acabamos a broncas y finalmente abrazados y llorando a causa de la bebida... No quiero entrar en detalles -.


La fase de lineas se llevó a cabo con intensidad. Zilean les comunicó a todos mentalmente la identidad de todos los integrantes del equipo enemigo:

"Blitzcrank y Lucian son vuestros enemigos. Cuidado con Lucian, es un alma de venganza. En medio está Brand, un hombre calcinado que usa el fuego como tú, Annie. En la calle superior está el samurai renegado, Yasuo. En la jungla está Gragas, un borracho tabernero"

Si bien es cierto que la batalla se vivía con intensidad en todas las calles, la calle superior ardía en el fragor de la lucha.

"Calle superior"

Los golpes restallaban en toda la calle. Yasuo y Riven intercambiaban golpes a la velocidad del sonido. El sudor perlaba la frente de ambos. Un súbdito saltó hacia Riven y lo eliminó sin distraerse. La espada de Yasuo mediría cerca de un metro noventa, pero parecía estar hecha de aire. Yasuo cortaba el aire con elegantes estocadas mientras Riven las devolvía sin dificultad:

-Debería estar muerto... -.

Ambas espadas chocaron y las chispas bailaron sobre las hojas del filo:

-La muerte es como el viento, siempre me acompaña -.

Yasuo se separó unos metros de un salto y cortó el aire con tal fuerza que creó una ráfaga de viento que desequilibró a Riven y la levantó por los aires. Antes de que Riven pudiera hacer nada, Yasuo ya se encontraba sobre ella, a varios metros del suelo:

-¡Sorieketón! -.

Yasuo hizo tres tajos y lanzó a Riven contra el suelo. Cayó de espaldas escupiendo sangre:

-¿Últimas palabras? -.

Antes de que Yasuo pudiera rematarla, la espada de Riven creció hasta hacerse más grande que la de Yasuo. Terminada en un afilado pico, varias runas verdosas recorrían la longitud de la hoja de Riven. Ahora le tocaba a Riven contraatacar. Con la espalda ensangrentada y un hombro roto, Riven no dejó un segundo de aliento a Yasuo. La espada gigante de Riven destruía el aire y hacía enormes surcos en el terreno. Yasuo se defendía a duras penas. Riven rompió su defensa:

-Vas a comprobar lo afilado que puede estar el viento, Yasuo -.

Riven batió su espada y unas cuchillas de viento salieron a una velocidad increíble en dirección a Yasuo. Yasuo cortó el aire y un muro de viento apareció en la trayectoria de las cuchillas. Ambos vientos chocaron en mitad de un ensordecedor ruido. Pero Riven atravesó el escudo de viento rápida como una flecha y ejecutó a Yasuo antes de que pudiera defenderse y...

Un chispazo frío recorrió el cuerpo de Kaedra. Como si la arrancasen del cuerpo de Soraka, su mente volvió a su cuerpo. De pronto, volvió a estar en la sala de los orbes, perpleja. Comprobó que todos los demás invocadores estaban volviendo en sí:

-¿Qué... Ha pasado? -.

Todos se miraron aturdidos. Zilean se frotó la cara:

-Era el sistema de emergencia de expulsión. Cuando ocurre algo con el cuerpo de un invocador, el orbe maestro fuerza la expulsión -.

Kaedra no parecía comprender:

-¿Pero que ha pasado para que... ? -.

Pero se interrumpió de pronto cuando algo le tocó los pies. Un charco de sangre inundaba el suelo de la sala. Kaedra se llevó las manos a la boca para reprimir una arcada. Elisa miró hacia otro lado. El maestro de Lee Sin permaneció impasivo. Los campeones fueron volviendo uno a uno. Primero Soraka y Lee Sin. Luego Riven y Ezreal, y finalmente Annie. Todos permanecieron inmóviles. Todos menos Annie, que se acercó con los ojos abiertos como platos al cadáver sin vida de su invocador.

Memorias de un invocadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora