Semana 1-Vínculo

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La conexión entre un campeón y su invocador se trata de algo casi mágico. Ambos enlazan sus mentes mediante una magia arcana contenida en un nexo. El nexo es la fuente de la conexión, si resulta destruido dicha conexión se corta y se pierde el control sobre el campeón. El invocador coloca las manos sobre un orbe y sus ojos, sus sentidos, sus pensamientos, todo lo que sabe se comparte con su campeón, y todo lo que el campeón sabe pasa a formar parte del invocador, en esto consiste el vínculo del nexo.

Soraka llevaba ya varios meses viviendo con Kaedra en la pequeña casa del bosque, en todo el tiempo que llevaban juntas, ambas habían aprendido cosas la una de la otra. Kaedra supo que Sokara se especializaba en curaciones y sanaciones arcanas. El combate no era su fuerte, sin embargo era una excelente médico de campo. Soraka le contó que años atrás peleó en la Liga de las Leyendas. Contaba el lugar como un bosque inmenso donde el peligro acechaba en cada arbusto:

-... Y entonces, de entre los árboles surgió un enorme ser del vacío que devoraba todo a su paso -.

Sus relatos fantásticos plagaban las noches frías de lluvia, y calmaban en bochornoso calor de las tardes calurosas. Kaedra aprendió que cada día aparecían nuevos invocadores con sus correspondientes campeones. Me contó los principios básicos de la tecnología Hex. De las revoluciones de Piltover, del ingenio Yordel... .

Soraka aprendió de nosotros nuestras costumbres. Nuestro modo de vida se volvió su modo de vida. Apredió a fregar los platos, los territorios cercanos. Curaba a los animales heridos. La vida se hizo mucho más sencilla con su llegada, pero en el fondo Kaedra sabía que tarde o temprano acabaría en la Liga de las Leyendas. Y fué ese fatídico día. La noche había caído y una bruma pesada envolvía la casa cuando Kaedra le comentó sus intenciones a madre:

-Madre... Soraka y yo lo hemos estado hablando detenidamente... -.

Madre ya lo veía venir. Dejó los cubiertos a un lado y alzó la voz:

-Adelante, pasa -.

Un hombre alto y de aspecto tosco entró por la puesta agachándose. Llevaba una barba descuidada. Lucía un traje negro y un pesado bulto en la espalda sujeto con una correa. Madre se levantó de la silla y llamó a su hija:

-Ven -.

La guió por la casa hasta un sitio donde nunca antes había estado. Era un segundo sótano en una pared falsa del primero. Dos grandes orbes flotaban cubiertos con una manta en el centro de la habítación. Soraka estaba detrás de Kaedra cuando se revolvió:

-Nexos de vínculo... -.

Madre se adelantó y se situó al lado del hombre:

-Este señor de aquí se llama Graves, es un campeón llegado de la Liga de Leyendas, y viejo amigo de vuestra abuela.

Graves hizo una reverencia. Kaedra no entendía nada. Madre vió la duda en los ojos de su hija:

-¿Quieres ser una invocadora?... Este es el primer paso, coloca las manos en el orbe, hija mía.

Kaedra, no sin miedo, colocó las palmas en el orbe, que se iluminó con un brillo vivo. Notó como su piel se separaba de sus músculos y como su visión se oscurecía. Al abrir los ojos, notó una perspectiva distinta, mucho más alta. Intentó mirarse las manos, pero su cuerpo no respondía. Una voz resonó en su cabeza:

"Ahora somos uno, invocadora. Ordenamé y se hará"

Kaedra ordenó torpemente mover el brazo, y el brazo ascendió hasta sus ojos. Tenía un color morado pálido. Notaba el cuerpo desplazado. Repasó la estancia con los ojos, parecía ser el sótano, pero se sorprendió cuando se vió a sí misma, con las manos sobre el orbe:

"Pero si estoy ahí... Como es posible... "

Las palabras de Soraka aparecieron en su mente, ahora era uno con ella. Graves se movió delante de ellos:

-Ahora combate.

Graves desenfundó una escopeta de tres cañones y apuntó directamente a Soraka. Graves sonrió:

-Si sobrevives a esto, yo mismo te llevaré a la Liga de las Leyendas.

Memorias de un invocadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora