Mes 1. Semana 3- Un legado

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"Al principio creí que Riven había muerto. Más tarde me alegré al saber que una viga la había protegido de los escombros y solo tenía un par de arañazos... Menos mal, aunque ha pasado poco tiempo ya la quiero como a una hermana. Hoy hemos recibido un mensaje de Zilean, dice que las clasificatorias se reanudarán pronto. Ardo en deseos de volver a la grieta. Han pasado casi dos meses desde que decidí dejarlo todo para realizar mi sueño"

Kaedra dejó la pluma a un lado y agitó las muñecas para relajarlas. Riven estaba sentada sobre la cama con el brazo vendado. Soraka le había curado todas las heridas, pero el Doctor Mundo había insistido en que debía de llevar el vendaje:

-"Mundo pensar que muchacha llevar vendaje un par de semanas... " -.

Aún recordaba la discusión entre Riven y Mundo:

-"No creo que necesite llevar estas vendas, enserio" -.

-"¡MUNDO!" -.

-"¿Qué?" -.

-"¡MUNDO!" -.

Kaedra había estado riéndose durante media hora de camino al hotel después de esa escena curiosa. Riven no reía tanto, pero Mundo tenía razón, Riven tenía que dejar de ponerse tanto en riesgo:

-¿Qué os apetece hacer hoy? -.

Soraka entró por la puerta con una cesta de plátanos en los brazos:

-Zilean dijo que las clasificatorias se reanudarán mañana. Nos conviene descansar -.

Kaedra miró a Soraka:

-Llevamos mucho tiempo descansando, Soraka -.

La puerta se cerró de golpe. Las tres miraron ala puerta y Kaedra se extraño:

-¿No habías cerrado la puerta? -.

Riven se puso en pie:

-Si... Se ha abierto sola -.

-Entonces... -.

Riven cogió su espada con el brazo que le quedaba libre:

-Hay alguien más con nosotros aquí -.

Soraka escondió los plátanos en un lugar seguro y se unió a Riven. Riven cerró los ojos y se concentró. Al exhalar el aire lentamente apuntó con la espada a una esquina de la habitación:

-Tú. Qué quieres -.

Algo se movió en el aire y una silueta apareció. La luz cambió de color al gris pálido, y luego se fue amoratando hasta crear la figura de una mujer de cabellos rojos. Botas de púas y mirada fría. Aquella mujer, aquel rostro... Kaedra lo había visto antes en algún lugar:

-Habla o te cortaré la lengua... -.

-Espera, Riven -.

Kaedra se acercó a la mujer. Esta agachó la cabeza y rebuscó algo en su pequeño macuto:

-Te conozco... Estabas con Twisted -.

Los ojos de la mujer se iluminaron cuando sostuvo ante Kaedra un pequeño libro de cuero viejo:

-Toma esto. Mi deuda está saldada -.

Kaedra cogió el libro:

-Gracias, Evelynn -.

Era el libro que Twisted le había dado a Evelynn en su lecho de muerte como legado para Kaedra. Antes de que Kaedra pudiera agradecérselo, Evelynn había desaparecido:

-Se ha ido -.

Riven ya no sostenía la espada en alto y la tensión desapareció. Kaedra examinó el libro detenidamente. En la portada había escrito un título. Al leerlo lentamente la sangre se heló en sus venas. Era un libro extremadamente peligroso. En la portada decía:

"Memorias de Mordekaiser, el único y absoluto emperador"

Era el libro que contaba la vida de Mordekaiser, el tirano que destruyó la liga hacía quinientos años. Y ahora estaba en manos de una niña. ¿Por qué Twisted dejaría algo tan importante en las manos de una niña?. En el fondo Kaedra sabía la respuesta. Quería que no permitiera que se volvieran a repetir los mismos hechos. Ese era el legado que Twisted le había encargado.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2015 ⏰

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