Semana 1-La Prueba

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Kaedra notaba la tensión en el ambiente. Aquel señor alto no parecía ir enserio, pero ahora se sentía poderosa. Soraka alzó las manos y un bastón iluminó la habitación cuando este apareció en sus manos:

"No soy buena en el combate cuerpo a cuerpo, pero puedo luchar con mi magia curativa"

Graves sonrió y tiró de la anilla de un bote de humo. El gas se extendió por toda la habitación cubriendo a Graves. Su figura se movió por las sombras. Su voz resonaba como un trueno:

-Si no puedes ver a tu enemigo, haz que el tampoco pueda verte a tí, cúbrete o... -.

Un disparo rozó un cabello de Soraka:

-El próximo no será de advertencia -.

Lo primero era buscar un lugar abierto, no podía luchar dentro de la casa. Kaedra se imaginó a si misma corriendo y los músculos de Soraka se movieron a la par. Subió veloz las escaleras y salió al exterior. La lluvia había empapado el terreno y la noche había cubierto con su manto el mundo. Otro disparo rozó la pierna de Soraka. Esta por fín se detuvo jadeante y se dió la vuelta. Graves miró al cielo y se quitó un puro mojado de la boca:

-Acababa de encenderlo... -.

Soraka alzó el bastón:

"Necesito que creas conmigo. Cree en la magia, y la magia vendrá a tí"

Era difícil creer en la magia justo en aquel momento de peligro. Pero si no lo hacía ahora, nunca podría llegar tan lejos como su abuela. Kaedra creyó. El cielo tormentoso se abrió dando paso a una luz cegadora. Un cometa brillante acudió en llamada de Kaedra y se precipitó sobre Graves. El cometa impactó en el suelo y Graves voló por los aires. Kaedra sintió un bajón de sus fuerzas al instante:

"Es el precio a pagar por usar la magia. Recuerda que todo tiene un precio"

Graves se revolcó en el fango y se levantó a golpe de escopeta. Las balas buscaron a Soraka que las esquivó con velocidad. Este era ahora el cuerpo de Kaedra, y parecía que nadie podría vencerla. Otro cometa impactó con Graves, pero este se rehizo y disparó a Soraka en una pierna. La bala atravesó la pierna de Soraka y Kaedra sintió el latigazo de dolor como si fuera su propia pierna:

"No temas, puedo sanar la herida"

De las manos de Soraka surgió un brillo sanatorio. La herida cerró rápidamente, pero Graves se había lanzado hacia Soraka, que apenas tuvo tiempo de levantar el bastó para frenar el golpe que este asestó con su escopeta. Soraka cayó al suelo y Graves le clavó el cañón de la escopeta en la garganta:

-¿Crees que durarías unos segundos en la liga con ese nivel? -.

La voz que habló era la de Soraka, pero era Kaedra de quien salían las palabras:

-¡Este combate era imposible desde el principio! -.

-Di lo que quieras... -.

Graves se apartó y se marchó lentamente:

-... Pero tú no vendrás conmigo -.

La decepción y la ira se mezclaron dentro de un mismo sentimiento. Parecía que la cabeza de Kaedra iba a explotar, y eso se transmitió en Soraka, quien se levantó con un brillo radiante. De su cuerpo salió una explosión de luz que se expandió por toda la zona. Un pájaro que yacía malherido curó su ala en algún lugar del bosque. Un árbol cuyas raíces ya no vivían brotaron de nuevo. Las flores crecieron entorno a ellos. Se hizo la luz en la noche, y de pronto, el silencio.

El bajón de energía casi hizo que Soraka perdiera el conocimiento. Se tambaleó y se cayó hacia delante. Un brazo robusto y fuerte la sujetó antes de que eso ocurriera. La vista de Soraka dió a ver la cara de Graves:

-No es momento para desmallarse, arriba -.

Kaedra estaba sin fuerzas. Soraka estaba exhausta, pero las palabras de Graves la conciliaron:

-Descansa, joven invocadora. Nos queda un largo camino hasta la Liga de Leyendas -.

Memorias de un invocadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora