01.

792 84 3
                                    

HATSUNNE—

Estaba agotada, me la pase toda la mañana organizando los materiales para ir a trabajar a la mansión donde se haría la fiesta, ya que por palabras dichas por Rindou no se haría en la mansión donde viven, sino en una que compraron para sus reuniones "importantes". Me daba igual de todas formas.

Tomo asiento en el copiloto, al lado de Rindou y este me dedica una sonrisa para después empezar a manejar hacía la mansión. En medio del camino me quedé dormida por todo el cansancio que traía encima desde la mañana, el empezar a preparar todo para trasladarlo a aquel lugar no era fácil, más para mí que sería la única persona que cocinaría y haría todo con ayuda de personas que sean de confianza para la mafia, ya que conmigo ya era un riesgo, aunque sabían que yo nunca abriría mi bocota para hacerles daño. Al final, la mayoría de ellos eran mis amigos, por muy lejanos qué sean.

Horas después al llegar Rindou me despertó. Abrí mis ojos poco a poco y Rindou me sonrió para después besar mi mejilla, era muy lindo que se preocupara por mí, no podía negar el hecho que él me gustará, pero aveces me daba miedo ser solo un juego para él. Por eso no quería tomar una relación seria a su lado, por temor a equivocarme.

Por el momento me mantendría al margen de esto, no le daría mi corazón a Rindou hasta que estuviera segura de que él no jugaba conmigo.

Bajamos del auto y nos adentramos a la mansión, de verdad que era inmensa, un lugar que yo ni en 10 años podría pagar, pero como Bonten hacía su "lavado de dinero" en clubes y restaurantes podían conseguir adueñarse de estas propiedades. Que sorprendentes son las mafias, aunque jamás me uniré a una, o eso digo yo.

Rindou tomó mi mano y la beso, haciendo que mi atención fuera hacía él.

—¿En qué tanto piensas cariño? —pregunta. Me quedé en silencio y luego negué.

—No es nada. —sonrío de lado— solo pienso en las cosas que Bonten a logrado en tantos años, de verdad es sorprendente.

—Supongo que así es, pero no te preocupes mi amor, nada de esto dañara tu imagen, me encargaré de que eso nunca suceda.

Y esperaba que fuera así. Sería discreta en todos los ámbitos para no perjudicarlo, tampoco atarme una soga al cuello por ayudar a una mafia. Tal vez ese era mi mayor temor, que mi vida acabará a causa de ello.

Solté un suspiro cansado y tallé mis ojos por el sueño que cargaba, Rindou lo notó y no tardó en llevarme a una habitación de las tantas que habían en este lugar. Abrió la primer puerta qué había en un pasillo del segundo piso y no pude evitar abrir los ojos como platos al ver todo lo que había dentro de esta.

—¿Eso es oro? — mi pregunta fue tonta, claro que lo era. Demonios, me han llamado pobre con eso.

—Por supuesto, oro... — sonrió, causando que hiciera un puchero y le diera un codazo en la costilla—. ¡Auch! Qué agresiva mujer.

Reí y luego sin pensarlo lo abracé. Mi acto lo sorprendió, lo sentí tensarse y la verdad mi acción me puso nerviosa a mí también, Rindou era un hombre atractivo, MUCHO para mi gusto, detallista y persona que demuestra mucho amor, de verdad que era el hombre perfecto aunque no lo aparente.

Me quedé por unos segundos así, aferrada a su torso, así como el me devolvía el abrazo tan acogedor. Su aroma era embriagante, varonil, algo que no podía falta en un Haitani.

Suspire y cerré mis ojos por el cansancio, me separé y mire a Rindou sonrojada, él sonrió y acarició mi mejilla.

—Eres muy linda, Hatsunne, pero te verías mejor con el apellido Haitani. —me guiñó el ojo, causando que rodara los ojos con gracia.

Al toque me propuso matrimonio. Era divertido.

—Bien, yo tengo sueño, así que me iré a dormir a esa  tan acogedora cama, gracias por todo el día de hoy, bye, bye. — camine hacia la cama, me quite mis zapatos y me tire en esta soltando un suspiro, era tan cómoda.

Me removi un poco y no tarde en quedarme dormida, sin importar que Rindou me estuviera viendo, el sueño me ganó esta vez.

Supongo que el ser pastelera era trabajo un poco pesado, y más el hecho que pasado mañana tendría que desvelarme par hacer todo lo de la dichosa fiesta, aunque eso no era lo que me frustraba, el simple hecho de reencontrarme con mis tres hermanos me causa frustración, aún no sé cómo reaccionen o como reaccioné yo.

Nunca pensé que esos tres tomarían el camino de la delincuencia, pero claro que lo harían teniendo a Takeomi como tutor. Ese imbécil ni él se puede cuidar solo.


Instagram: shim_lz

Fin del capítulo
________________________________

Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
___________________________________

~Smailer-Shimura

𝑊𝑟𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟: 𝑆𝑘𝑎𝑟𝑙𝑒𝑛𝑡ℎシ︎

TASTE | 𝑹𝒊𝒏𝒅𝒐𝒖 𝑯𝒂𝒊𝒕𝒂𝒏𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora