Íbamos de camino hacía la mansión de Bonten, lugar donde estaría hasta que todo se resolviera y pudiera tener mi pastelería de nuevo. Nada sería lo mismo, después de todo dediqué 12 años de mi vida en ello y ahora simplemente me regresarán todo en bandeja de oro.
En algunos momentos llegué a pensar que fué Senju la que hizo eso, después de todo mi hermana tenía cierta envidia en mí que ni yo entendía. Aún seguía siendo la niña malcriada de siempre, gracias a los cuidados que le dió Takeomi que para variar no fueron muchos y ahora era toda una mujer, una repugnante y engreída mujer.
Suspiro algo agobiada, regresando mi vista hacía el frente donde solo habían muchos árboles de por medio.
Rindou estaba manejando, pero al ver que lo observaba sonrió de lado y me dió un pequeño vistazo. Mantuve mi vista fija, sin sonreírle de regreso, a lo cual Rindou ríe y me jala de la mejilla suavemente.
—¿Ya te han dicho que eres tan tierna, Sunne? — dice sin borrar su sonrisa, esta vez ya con la vista fija en la carretera.
Me quedé en silencio por unos minutos y luego solté una risilla negando rotundamente. Rindou era el único que me halagaba, lo cual me hacía feliz, ya que lo hacía en los momentos menos oportunos, o inesperados, así como cuando no estaba de humor, ó me sentía triste, él me hacía sonreír.
—Un hombre de ojos violetas y cabello largo me lo dice a menudo, sin dejar pasar que es muy guapo. — expresé mirando hacía la ventana con una sonrisa inocente. Rindou río.
—Así que para tus ojos soy guapo, eso me agrada a decir verdad. Creo que ya puedo morir en paz. — dice soltando un suspiro. Le dí un codazo—. Auch... Grosera.
—No digas tonterías, imbécil, eres guapo y ya... — fruncí el ceño al verlo sonreír—. Idiota.
—Soy tu "idiota", cariño. — me guiñó el ojo y siguió conduciendo.
Ninguno de los dos dijo algo más en el trascurso del viaje, eso hasta que llegamos a la mansión de Bonten, donde Rindou se estacionó frente a esta y uno de los guardias le abrió la puerta.
Rindou salió y rodeó el auto para abrirme la puerta a mí, extendió su mano, la cual tomé sin dudar y salí. Ambos caminamos hacía la entrada de la mansión y una mucama nos recibió con una leve reverencia. Esto si que era incómodo.
—Bienvenidos, los señores los esperan en la sala principal. — comentó la muchacha cabizbaja.
Rindou y yo pasamos de lado y nos dirigimos a la sala principal, ó bueno, yo lo seguí a él.
Me sentía algo nerviosa por el simple hecho que vería nuevamente a mis hermanos, y el recordar que la última vez no fué nada agradable me hacía sentir peor.
Suspiré agobiada en el momento que ambos entramos a la sala, y todos nos miraron fijamente. Creo que no lo podré soportar.
—Ya estamos aquí. — menciona Rindou tomándome de la mano y caminando hacía uno de los sillones grandes, donde ambos tomamos asiento, aún con las miradas en nosotros.
Ninguno dijo algo al respecto cuando ya los dos estábamos presentes, por lo cual el ambiente se volvió algo tenso e incómodo, tragué saliva y carraspeo la garganta desviando la mirada incómoda. Haruchiyo suspiró y habló.
—Entonces... ¿Ustedes son pareja? — imbécil, tenía que preguntar eso—. Se ven muy cercanos y que se tomen de la mano da mucho de que hablar. — comenta irónico.
Rodé los ojos y lo miré con algo de enojo para luego sacarle el dedo del medio.
—Qué te importa a ti si Rindou es mi novio, preocúpate por tus drogas y asesinatos que de mi vida me encargo yo. No voy a sasear tu curiosidad.
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TASTE | 𝑹𝒊𝒏𝒅𝒐𝒖 𝑯𝒂𝒊𝒕𝒂𝒏𝒊
Fanfiction▰¿𝑯𝒂𝒔 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝑺𝒂𝒏𝒛𝒖? 𝑬𝒔 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒂. Una historia donde Rindou Haitani empieza a tener sentimientos verdaderos por la hermana de su compañero de trabajo, sin pensar que este mismo sería la persona que se i...