Ya era un nuevo día y todos en Japón lo sabían, bueno, casi todos menos una niña de la familia Fukui que aún se encontraba en su 8vo sueño
-Señorita Abby.. ya es hora de despertar..-dijo sin mucha suerte Sarah
Abby solo daba vueltas por su cama buscando taparse más con su frazada
Sin previo aviso Mirian abrió todas las cortinas dejando que el sol le dé directo en la cara de Abby
-Buenos días, su madre la espera en el comedor- dijo Mirian mientras sacaba la frazada de la cama de la pequeña
-Ya voy..-Abby se paro sin muchos ánimos y fue a prepararse para desayunar
10:30hs
Abby se encontraba comiendo una ensalada de frutas con granola mientras veía por la ventana a la gente pasar
-Te gusta? yo lo hice- dijo la señora Charlotte mientras salía de la cocina con un pequeño delantal y unos cuantos mochis
-Esta aceptable- dijo Abby con toda la sinceridad del mundo
-Hay veces que tus palabras duelen..- dijo la señora Charlotte mientras fingía llorar- sabes, quiero ir de compras, la última vez que fui al centro comercial de japón fue para comprarme una licuadora
-Si es que te acompaño me compras algo?
-Pff, eres idéntica a mi, cada que tu papá tiene reuniones aburridas debo de acompañarlo así que le pido siempre algo a cambio- empezó a abrir pequeñas cajitas y guardaba en ellos los mochis
-Regalaras los mochis?- Abby fue a llevar su plato mientras veía a su mamá poniéndole alguno que otro sticker a la cajita
-Se lo regalaré a los vecinos, necesito algun vecino o vecina chismoso que me cuente todo lo que pase en este barrio y no hay mejor soborno que un pequeño obsequio- dijo ya terminando sus cajitas y poniéndolas en un bolso
-Solo por eso tratarás de ser amable?
-Fuera o no por el chisme igual regalaría algo, tampoco soy tan tacaña
-Espero que al menos sepan bien
-Que mala!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Abby: -Es un gusto tenerlos por nuestro barrio!- una tierna ancianita estaba conversando con mamá mientras veía a su perro, parecía un anciano gruñón así con la cara toda aplastada
-Me alegra saber qué hay gente agradable en el barrio, ya no me siento juzgada si es que salgo a la calle con mi pijama de arcoíris
