Sparring

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Pasaron un par de horas desde que Lincoln tuviera esa charla con sus padres, estaba más calmado, sentís que se quitó un peso de encima al saber que, sus padres no se odiaban entre si, que, pese a los errores del pasado estaban dispuestos a cerrar esas heridas y seguir adelante.

Una sonrisa estaba en su rostro mientras miraba el cielo recostado en el patio del frente de su casa, poco y nada le importaba lo que pasaba a su alrededor, su paz era intocable.

Pasaron los minutos y Lincoln no abria los ojos, sin darse cuenta, el albino se había dormido disfrutando de la hermosa brisa de verano. Luego de un rato abrió los ojos siendo recibido por la brisa que hacía que sus cabellos plateados se movieran lentamente, dio un bostezo, se estiró y vio su celular, eran las cinco de la tarde, sin más se puso de pie y volvió a la casa para ir derecho a la cocina.

Del refrigerador saco un cubito de hielo que paso por su cara para desincharla luego de dormir, una vez lo hizo lo dirigió a su boca y procedió a mesticarlo hasta desacerlo.

Ya echo eso, se lavo la cara y volvió a estirar sus brazos, saco su celular al sentirlo vibrar notando que era Maggie, luego de responderle guardo el celular y subió al segundo piso.

Allí estaba su hermano en la laptop de Lincoln sin preocupaciones.

- ¿Lemmy?

- ¿Si? ¿Que pasa?

- Vistete, ya vámonos.

- Pero si aún falta una hora.

- Si pero, nos encontraremos con Maggie y conviene más que vayamos ahora así de pasada vayamos a tu gimnasio.

- Oh, el conejo blanco quiere ver a la loba.

- Tus chistes son malos enano, pero tienes razón.

- Siempre la tengo, oh cierto lo olvidé, le comenté a mí instructor de tus peleas Y dijo que quería verte hacer sparring, que no te preocupes por pagar.

- Piola, bien, deja que busque mí ropa y vamos. Solo haré un sparring y me iré con Maggie, luego volveré a buscarte.

- Jeje, el conejito quiere tiempo a solas.

- Sigue hablando y haré sparring con vos.

- Ok me callo.

En pocos minutos ambos ya estaban fuera de la casa caminando hasta el centro comercial para encontrarse con Maggie, los hermanos charlaban de temas sin importancia para matar el tiempo hasta llegar.

Una vez allí se encontraron con la chica en el lugar donde siempre se veían con Lincoln.

- Al fin llegas conejito.

- Lo dices como si hubiera tardado una década.

- Bueno, contando el echo de que estoy aquí hace media hora.

- Por esta vez te doy la razón.

- Bien tórtolos, luego sigan coqueteando, tenemos unos minutos de viaje.

- Enano de...pero tienes razón, ya vámonos.

Maggie solo se limito a sonreír y seguir a los hermanos en camino al gymnasio.

Una vez allí, entraron y rápidamente Lemmy fue a cambiarse junto a Lincoln.

- Vaya, tanta preparación para un sparring.

- Nadie te obliga Lincoln, además, intuyo que no peleas hace rato.

- Tienes un punto, peor es nada jaja.

Una vez vestidos y vendados salieron con sus bolsos en mano siendo recibidos por el instructor de Lemmy.

- Llegaron temprano muchachos, Lemmy, ve a calentar con los demás quiero hablar con tu hermano.

Wolf (the loud house)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora