♟ Capitulo 23

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LENA

Deambule por la casa todo el día.

Marley no había regresado, eso aligero mis nervios. Lo último que quería ver ahora era el rostro de alguna de las gemelas.

Entre a mi oficina y vi el documento en el centro del escritorio atormentándome, recordándome lo increíblemente estúpida que fui.

No pude acercarme, no podía si quiera leer su nombre.

¿Y si de verdad me amaba como decía hacerlo? ¿Entonces porque jugó conmigo? ¿Era mucho pedir que me devolvieran un poco de lo que yo daba?.

¿Y si se había puesto de acuerdo con Marley? Solo se turnarian para abusar de mi. Y yo como idiota lo aceptaría sin darme cuenta.

Porque la amaba.

La tarde cayó, y con ella mis ganas de seguir de pie. Me dirigí a mi habitación para dormir. Tal vez, para cuando despertara y abriera los ojos, me encontraría aquí mismo, en esta cama, pero tres meses atrás, antes de cometer la estupidez de casarme con una de las gemelas. Así me permitiría pensar que esto fue solo un maldito sueño.

Una jodida pesadilla.

No sé cuánto tiempo dormí, se sintieron como minutos cuando un toque en la espalda me despertó.

Sentí unas manos suaves acariciar mis hombros, y un peso encima de mi trasero presionándome. Se sentía bien. Solté un gemido sin querer, después de todo el estrés del día esto se sentía increíble.

De repente llegó a mis fosas nasales el aroma del perfume de Marley, gire la cabeza hacia un lado para verla con las manos recargadas en mis hombros.

"Hola, dormilona".

Su voz llegó a mis oídos llenándome de nostalgia. ¿A caso compartían todo?

"¿Qué haces Marley?"

"¿No es obvio? Te estoy dando un masaje, bebé".

Su tono meloso estaba comenzando a molestarme.

"Ya puedes para con eso".

"¿De que hablas?".

Giré mi cuerpo, y ella solo se levantó en sus rodillas sin quitarse de encima, sentándose en mi abdomen cuando quede completamente boca arriba.

"Con esto Marley, estas siendo demasiado hipócrita".

"Pero creí que te estaba gustando el masaje". Dijo con un puchero fingido en los labios.

Tape mi cara con mis manos soltando un quejido de exasperación.

Esta mujer de verdad me estaba cansando.

"¡Dios!" Hablé aún con más manos en mi cara. "No voy a hacer esto Marley, quiero que tomes tus cosas y te largues de mi casa".

No se sorprendió con mi petición, en cambio, comenzó a pasar sus manos sobre mi abdomen y entre mis pechos.

"No me voy a ir Lena, te recuerdo que estás casada conmigo".

Reí

"No Marley, no lo estás"

Detuvo sus manos y sus ojos buscaron mi mirada, tenía el ceño fruncido con confusión.

"Tu hermana firmó el acta de matrimonio utilizando su nombre".

Se detuvo un momento procesando mi declaración, después giró los ojos y soltó un bufido molesto.

Y por último río.

¿Que mierda?

Su actitud ciertamente me inquietaba.

Mucho.

Solo tú (Supercorp) Lena G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora