KARA
Un bebé, su bebé.
Nuestro bebé.
Claro que tenía sentido. Hacía tiempo que no tenía la regla, pero había pensado que era estrés. No es que no creyera que fuera posible. Lena había estado dentro de mí tantas veces que había perdido la cuenta, pero debería haber sido más inteligente. En aquel entonces había pensado que nada podría separarnos, pero me había equivocado. Mi hermana había hecho precisamente eso, dejándome a mí sola con las consecuencias.
Ella merecía saberlo, era consciente de eso, y yo quería decírselo, pero no quería arruinar el cuidado de la salud de mi padre. Lena había pagado el tratamiento en su totalidad. Si la verdad se supiera ahora, nada evitaría que cambiara de opinión y quisiera quitárselo todo. No podría dejar que eso pasara. No con lo bien que se veía papá en estos días.
No.
Tendría que guardar el secreto, sería solo mi secreto... mío.
No podía decirle la verdad a Lena, y puede que ella nunca supiera lo de nuestro bebé, pero aun así me encontré con que quería correr hacia ella. Necesitaba verla. Sabía que estaba mal ir, pero no pude evitarlo. La oscuridad ya había caído del cielo, lo que me lleno más de valor y antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo, me encontré en mi auto y de camino a su casa.
Marley no estaba allí, así que pensaría que yo era ella. Podría decirle que volé a casa por un tiempo. Lo que sea que tuviera que hacer lo haría para estar cerca de ella. No podría contarle lo del bebé... al menos no todavía, pero quería que me abrazara. Era la única vez que me sentía segura.
Cuando llegué a su casa, vi una luz en su habitación. Probablemente estaba tumbada en la cama viendo la tele sola.
Culparía a las hormonas por estar aquí, por desearla y necesitarla. Y tambien las culparía por no detenerme a pensar en nada más que en tenerla.
La alarma no estaba activada y la puerta lateral estaba abierta, así que la abrí y entré. Me moví a través de la casa semi iluminada hacia donde sabía que estaba.
Su dormitorio.
Una vez que llegué a la puerta, me detuve para respirar hondo y sacar el coraje que necesitaba para entrar. Una vez que reuní suficiente valentía, atravesé la puerta, su habitación estaba completamente oscura, sólo se iluminaba la silueta de su cama y su figura por la luz de la televisión. Estaba casi segura de que no podría ver del todo mi rostro. Podría utilizarlo a mi favor, o vería las mil emociones que cruzaban mi cara al verla.
Se volvió hacía mí, sus ojos se abrieron con incredulidad.
"¿Marley?" Se sentó, su rostro brillaba con las luces plateadas de la pantalla que había estado mirando. Tenía el cabello desordenado en una media coleta, no había rastro de maquillaje en ella, y habían copas vacías en las mesitas de noche, por lo que pude deducir que no había ido a trabajar en algunos días. Sus hermosos ojos verdes se veían... tristes.
No respondí a ese nombre porque no era mío. En vez de eso, me moví a través de la habitación y hacia ella. Ella se giró en la cama, arrojando sus piernas sobre el borde como si estuviera a punto de pararse y saludarme, pero antes de que pudiera hacerlo, presioné mis palmas contra sus hombros para que no se pusiera de pie.
Me miró, confusión y emoción llenando su expresión.
"Estas aquí de verdad". Susurró
Inclinada, la besé suavemente, la probé y memoricé el momento. Sus manos me rodearon la espalda, agarrando mis caderas y subiéndome a su regazo. Mi cuerpo reaccionó como lo había hecho muchas veces y envolví mis piernas alrededor de sus caderas en automático. Comencé a moler mis caderas en su regazo. Como dije, la necesitaba, necesitaba sentirla de nuevo dentro de mí. Está noche me permitiría hacer lo que tanto me forcé a evitar desde el día que deje esta casa.
Con una mano la tome por el cuello para pegarla más a mí, quería absorber todo de ella, en caso de que ésta fuera la última vez que la tendría. Baje una de mis manos entre nuestros cuerpos para acariciar su miembro, podría sentir toda su longitud a través de la ropa, la acaricie de arriba hacia abajo, poniéndola dura para mí. Después de todo, no era necesario esforzarme tanto cuando se trataba de Lena, ella nunca me decepcionaba.
Rompiendo nuestro beso, la empuje sobre sus hombros hasta que se recostó en la cama. Luego me subí en ella, besándola una vez más mientras deslizaba mi camiseta lo mejor que podía. Rompí el beso una vez más para quitarme la blusa sobre la cabeza antes de tirarla al suelo detrás de mí.
"Te necesito". Dije honestamente.
Porque lo hacía.
Ella no perdió el tiempo, tiro de sus pantalones deportivos mientras yo me deshacía de los míos y de mis bragas. Entonces estaba encima de ella de nuevo, colocándome en su longitud y acoplándome a ella.
Me quedé boquiabierta ante la sensación de estar llena. Después de semanas de extrañarla, el dolor de perderla disminuyó en ese momento.
Se sentó, sus pechos presionando contra los míos, y perdió sus manos en mi cabello mientras empujaba sus caderas hacía arriba, tirando de mí y llenándome una y otra vez.
"Te extrañe tanto, Girasol".
Cuando me llamaba Girasol, estaba hablando conmigo en lo que a mí respectaba. No era su apodo... era el mío.
"No me dejes de nuevo. Quédate por favor. Solo quédate conmigo". Susurró contra mis labios mientras hacíamos el amor suave y lento. Sus palabras estrujaban mi alma, me necesitaba tanto como yo a ella.
Me abrazó como si fuera un pájaro esperando para volar libre, y la dejé, sintiéndome más contenta de lo que estuve en semanas.
"Te amo tanto, Lena".
"Te amo más". Respondió, dándome la vuelta para recostarme en la cama. Pegó su frente con la mía mientras entraba y salía de mi con lentitud, cómo si no quisiera que esto se acabara nunca. Y no podía contradecirla, tampoco quería que terminara.
Por primera vez deseé no correrme, y podía sentirlo en Lena también, su cuerpo se tensaba en cada empuje, pero al final cedimos. Con un gruñido ahogado liberó su tensión con chorros calientes dentro de mi, arrastrándome con ella en un orgasmo tranquilo.
Después, se relajó en mis brazos, con la cabeza enterrada en mi cuello, y la vi dormir. Por las ojeras alrededor de sus ojos, me di cuenta de que no había estado descansando. Yo tampoco. Ambas estábamos sufriendo y odiaba que no pudiera hacerlo todo mejor.
Me moví para ponerme más cómoda, y ella se despertó, se tensó y me agarró como si estuviera a punto de huir.
"Shhh". La calmé. "Estoy aquí, Lena. Estoy contigo".
Se acomodó, su expresión volviendo a calmarse. Luego me envolvió en sus brazos y me abrazó jalándome con ella. Besándome en la cabeza, me susurró:
"Me alegro de que estés en casa. Seamos nosotras otra vez".
Y luego, lentamente, se volvió a dormir.
No había hablado mucho con ella, y tampoco pude decir mucho, pero cuando lo hice, solo había dicho la verdad, pero el hecho era que no podía quedarme por mucho que quisiera. Quedarme era arriesgar todo. Dudaba que Marley regresara pronto, pero no podía seguir haciéndome pasar por ella de nuevo, y tampoco podía decirle la verdad. Así que, una vez que supe que estaba dormida, me levanté de la cama, me puse mi ropa y desaparecí de su vida una vez más.
No fue justo para ninguna de las dos, pero fue lo correcto. Y así lo haría, aunque me destrozara el corazón en el proceso.
ESTÁS LEYENDO
Solo tú (Supercorp) Lena G!p
FanfictionEstoy caminando por el pasillo y hacia la mujer que he amado casi toda mi vida. Lleva un traje negro y una sonrisa sexy. Sus ojos verdes me devoran, prometiéndome una luna de miel que jamás olvidaré. Todo es hermoso. Es el momento que siempre he so...