La vida después del colegio no es fácil, y eso Brida lo sabe a la perfección.
Después de graduarse a sus dieciséis años, Brida se mudó con sus padres a otro pueblo y desde entonces ha tenido que asumir su nueva vida, también hacerle frente a esta;...
Reloj, hagamos un trato Y congélate el rato Que me veas junto a ella Y si ves Que de mí ella se aleja Hasta que vuelva, por favor, acelera
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BRIDA CASTRO.
—Sigo pensando que no fue una idea idea que hayas venido —expongo, elevando mi rostro hasta encontrar su mirada—. Si quieres dejar de estar resfriado no deberías serenarte y preciso lo estás haciendo.
—Bri, si no quieres que te acompañe sólo dilo, lo entenderé —rebatió con su voz ligeramente afónica.
Mis pasos se detiene ante su respuesta. Quedo estupefacta en mi lugar, mirándolo con mi rostro crispado en sorpresa. Nicolas también detiene su andar y se voltea hacia mí, dibujando una sonrisa jocosa en sus labios.
—Es molestando, ven aquí. —Toma mi brazo con delicadeza y me atrae un poco hacia él, lo suficiente para que pueda serpentear su brazo por mis hombros—. No te preocupes por mí, estaré bien. Estoy siguiendo tu consejo y estoy tomando mucha agua de panela con limó.
Blanqueo mis ojos ante su descomplicado comportamiento. Al parecer poco le importa si llega a empeorar.
—Pues si, pero de nada sirve que hagas todos esos remedios si vas a estar en la calle a horas de la noche, especialmente aquí, Funza tiene un clima realmente helado en las noches. —Me cruzo de brazos—. Además, llevas unos pantalones pesqueros que no te cubren las piernas.
—Pero llevo puesta una chaqueta.
—Eso no es suficiente —digo por lo bajo mientras sacudo mi cabeza.
Como ya había dicho antes, el fin de la tarde y la llegada de la noche era agobiantemente fría. El invierno aún seguía presente y las espesas nubes cubriendo el cielo nocturno en compañía de las calles húmedas y los cucarrones sobre el asfalto eran prueba de ello. Una época en donde la mayoría de personas solía pescar resfriados, especialmente en Bogotá; una época donde todo mundo faltaba al trabajo con la excusa de tener la nariz tapada y la garganta ardiendo.
De hecho, era muy extraño que yo, una persona con las defensas tan bajas, no esté enferma también.
Sin embargo, nadie dura más de dos semanas enfermo, lo que significaba que Nicolas pronto estaría recuperado... Claro, si se cuida debidamente.
