5: No te vayas

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— Jakie, te vas ya? — El pelinegro miro como el castaño acomodaba su ropa una vez más frente al espejo.

— Iré a despedirme de Heeseung y Sunoo, mi vuelo sale a las ocho.

— Quieres que te lleve?

Jake negó.

Jake amaba los caminos, su metáfora favorita siempre fue la del taxi.

Eres el conductor, hay gente que sube, gente que baja y gente que solo ves por fuera. Todos deben pagar un precio por subir a tu auto pero tú también por subir a los de los demás.

Jake siempre sintió que su auto tenía llave, que nadie podía entrar.

Hasta que lo conoció.

Jake y Sunghoon se volvieron inseparables, tan solo unos meses después de conocerse se convirtieron en mugre y uña. Cuando todo iba mal, se tenían.

Tal vez por ello el mayor se había enamorado de Jake.

Aunque en realidad el castaño jamás creyó ese "enamoramiento" para el Sunghoon solo era quien había sido su mejor amigo que no paraba de molestar con eso. No quería pensar de más, después de todo, no lo tendría que ver más.

Heeseung ya lo esperaba en la sala cuando llegó.

— Cancele tu vuelo.

— De que hablas?

El menor se instaló frente a el mayor directo a reprochar.

— No te vayas, te necesito.

— Tengo una vida.

Heeseung rio como si aquel chiste hubiera sido el más gracioso que en toda su vida le habían contado.

— Quédate un año, después vete si eso lo que quieres.

A Jake le molestó que Heeseung riera. Le parecia prepotente su semblante de soberbia.

— Heeseung no sabes nada acerca de mi vida, no me puedo tomar un año solo por que quiero.

El mayor tragó saliva.

Cómo Jake podía decir que no sabía nada? Heeseung siempre fue el primero en estar para el, el primero que lo apoyo y estuvo dispuesto a escucharlo. Heeseung se sintió herido.

— La situación está muy difícil, con la muerte de padre. Sabes cómo es esto Jake.

Heeseung parecía rogar con los ojos.

La gente temia de Heeseung por su familia, más no lo respetaba y las mafias contrarias harían lo que fuera por obtener su cabeza. El debía sobrevivir y ganarse el respeto de los demás de alto mandos para poder tener un nombre en aquel negocio y no solo "El hijo Shim"

— No puedo Heeseung, me encantaría pero no.

El mayor tomo asiento en aquel sillón individual por el qué ambos se peleaban cuando eran menores. Tenían la esperanza de ser siempre únicos, por ello se peleaban por el único sillón individual de la sala.

— Dejo de ser una pregunta hace diez segundos. Te vas a quedar y ser mi mano derecha un año, no me importa si después te desapareces para siempre.

El menor sabía que Heeseung hablaba enserio, lo supo y lo odio. Entonces la única respuesta que encontró fue salir de aquella habitación dirigiéndose a su antiguo cuarto.

El dolor impregnado en aquella habitación le traían tantos recuerdos, las veces que su padre lo castigaba sin salir de ella o cuando consolaba a Sunoo en la habitación por qué su padre era demasiado duro. Jake siempre fue la sombra de Heeseung, no se imaginaba como sería ser la sombra de ambos, era peor para Sunoo.

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