Moon Treasure︙Yoonmin [omegaverse]

12

—¿puedo pasar?

Había tocado dos veces, sin obtener respuesta alguna del otro lado, suspiro y volvió a hacerlo antes de hablar.

—Jimin... Bebé, abre la puerta —nuevamente hubo silencio, pero yoongi no se rindió— se van a enfriar los panecillos de luna~

Recargó su brazo en la puerta, pensando que no la abriría, pero para su sorpresa, esta se abrió y casi cae sobre el Omega, sin embargo tenía reflejos bastante rápidos por lo que alcanzó a equilibrarse.

—Creí que no me abrirías.

—No te hagas ilusiones, no abrí por ti, quiero mi pan.

Jimin iba dispuesto a tomar la bolsa que contenía aquel bendito pan que tanto había soñado probar.
Pero su acción se vio frustrada por el rey ya que este fue más rápido y alejó la bolsa.

—¡Oye! —se quejó jimin, frunciendo su ceño.

—Te lo daré, pero antes respóndeme... ¿Estás celoso porque me encontraste con Jieun?

—¿Qué? —le miró incrédulo y aprovechó su distracción para tomar la bolsa— Estás loco, ya te dije que no me interesa lo que hagas con esa mujer, es más, ¿Por qué no te vas con ella y me dejas en paz?. Me amargas este momento magnífico.

Le dijo, llevando un pan a su boca ignorando por completo a yoongi.

En cuanto el sabor fue percibido por sus papilas gustativas, sus ojos brillaron y no pudo evitar soltar un pequeño gemido gustoso.
El pan de luna sabía cómo la puta gloria, definitivamente valía la pena todo lo que tuvo que pasar para poder probarlo.

Mientras tanto, Yoongi se dio cuenta de la felicidad pura que desprendían las feromonas y las expresiones que hacía Jimin al probar el pan. Había echo bien en haberle preguntado a Hyuna.

Cauteloso, se acercó a Jimin para limpiar el relleno del pan que había quedado en la comisura de sus labios y no pudo evitar sonreír al verle.

—come con cuidado, ¿Quieres que te pida un té?

Le miró con una suave sonrisa, la cual se hizo más grande al ver qué jimin asentía con sus mejillas abultadas, mientras seguía comiendo.

—Ire a pedirlo entonces, mientras entra a la habitación.

Le indico yendo feliz a pedir un té para su amado y dulce Omega.

—Entonces qué. ¿Sí estamos perdidos o no?

Preguntó Acturus quien ya estaba cansado de ver lo mismo, solo eran árboles y más árboles ¿Que acaso era infinito el bosque o ellos solo estaban dando vueltas?

Todos voltearon a ver a canopo esperando una respuesta, la cual nunca llegó.

—¿y bien yeonjun?

Preguntó Sirio deteniéndose, provocando que los demás también lo hicieran y mirarán en silencio a este, mientras que canopo siguió callado, hasta que por fin decidió decir la verdad.