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Años atrás…

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Años atrás…

BeomGyu cabeceaba sobre su asiento, tratando de sostener el termo de chocolate caliente con la función de mantenerlo despierto, aunque no estuviese siendo de mucha ayuda, como podía notarse.

Era el segundo día de TaeHyun internado en el hospital, después del desmayo ocurrido en su última cita.

Por la mente de BeomGyu ya había pasado todo tipo de situaciones drásticas. Desde miles de interrogantes sobre qué estaba ocurriendo, hasta el sentimiento máximo de preocupación por el Alfa. Su sentir podría resumirse en una necesidad creciente —e inexplicable— de procurar el bienestar del Alfa, nada era más importante en ese momento que estar ahí por él. Era como si su Omega dependiera de la felicidad de alguien que apenas estaba conociendo, pero que ya significaba demasiado.

Aunque, siendo realistas, ya admitía estar completamente enamorado de Kang TaeHyun. Ese bonito y peculiar Alfa con hermosa sonrisa de gatito que lo tenía maravillado de miles maneras distintas y especiales a la vez, como el mismo que lo llenaba de una inquietud de la cual su Omega no quería librarse. BeomGyu no podía apartarse, ya estaba incrustado en su corazón.

Era una jodida situación.

Su desesperación por no tener noticias nuevas sobre el estado de salud lo mantenía en la agonía total, moviendo sus pies con impaciencia y tratando de concentrarse por encima de los alaridos internos de su lobo. Las resplandecientes luces blanquecinas del hospital ya lo tenían demasiado atolondrado, cabía decir, y las personas entrando y saliendo a cada segundo por los pabellones, recordando además el tener que presenciar escenas emotivas —tanto de dicha como de tristeza— que tuvo que soportar en ese tiempo fue horrible. Temía que pudiera enloquecer con todo ese ambiente de penuria y desesperanza total.

¿Por qué seguía ahí entonces?

TaeHyun. El Alfa que le preocupaba —e importaba— en demasía. No, su Omega no le permitía irse sin antes conocer el estado del chico.

Fue un problema con sus padres, por supuesto que sí. Les avisó que estaría en el hospital tras contarles lo ocurrido con TaeHyun. Sus padres no tenían problema porque se frecuentaba con el Alfa, pero no les parecía nada que estuviese tan al pendiente de él cuando ni siquiera mantenían una relación formal. Al final no les quedó de otra que apoyarlo —llevándole comida y demás bienes a la sala de espera— tras las protestas del mismo BeomGyu y de su hermana, SangLi, sobre que su hermano era un Omega lo suficientemente grande como para saber qué hacer y responder a las consecuencias de sus actos. BeomGyu, además de estar de acuerdo, les dijo que podría a TaeHyun por encima de todo.

Y bien, estaba siendo algo exagerado, porque tenían muy poco tiempo de conocerse, pero había algo en sus sentimientos, en sus actos impulsivos, que le daban más significado con TaeHyun en su vida. Hasta el momento no cree que sea capaz de explicarlo, pero todas sus dudas se resolvían estando a su lado, y de lo único que tenía certeza es que quería seguir experimentando eso por mucho, mucho tiempo más.

Goyang-i ~ ᵗᵃᵉᵍʸᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora