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Pasados tres días desde la noche trágica en que se despidió abruptamente de su pareja, seguía sin saber de TaeHyun

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Pasados tres días desde la noche trágica en que se despidió abruptamente de su pareja, seguía sin saber de TaeHyun.

BeomGyu creyó que su estado de soledad terminaría la mañana siguiente. Podría haber sido sólo que el Alfa no quería estar cerca suyo por la impulsiva petición, y con la discusión y su celo habiéndose hecho presente, tal vez sólo no quería ser imprudente de tener que estar bajo el mismo techo. Entonces recordó que TaeHyun no tenía manera de saber que su ciclo había comenzado antes de tiempo a no ser que él mismo lo haya comentado —cosa que no sucedió—, y eso lo mantuvo alerta el resto del día.

Terminó la mañana, llegó la tarde y se hizo de noche y en ningún momento Kang TaeHyun se apareció por el hogar.

BeomGyu no pudo evitar llamar a su celular gran parte del día y lo único que recibió fue la indiferencia de su buzón de voz. La desesperación de su incomunicación fue tal que, al no recibir el centésimo intento de llamada, marcó al número de la madre del Alfa, a su padre e incluso a los hermanos. Horas más tarde, llegó a la conclusión de que parecía más bien que TaeHyun había sido consumido por la tierra.

Nadie sabía dónde podría estar. Y, si sabían, todos le daban respuestas confusas o negativas.

A la segunda mañana, con la ausencia helada constante de su hogar, el Omega probó por buscar a su novio preguntándole a SooBin, SeungMin, BangChan y YeonJun. Quien supiera lo que sea de él sería útil, en serio lo que fuera, pero tal parecía ser como si Kang TaeHyun hubiera dejado de existir en ese planeta.

Sin embargo, BeomGyu sabía que sólo estaba evitándolo, y eso era lo peor de todo.

Por una parte, no podía determinar cómo sentirse exactamente (además de horriblemente rechazado e inservible). Su Omega —aunque preocupado— no hacia mayor alboroto del que él mismo provocaba, así que decidió tomarse con calma la posibilidad de que su Alfa estuviera en problemas... pero seguía sin saber de TaeHyun, y ese detalle lo tenía muy mal. Muy destrozado, como si la mitad de su alma se hubiera ido con la leve fragancia que lo vuelve completamente loco.

No tenía conocimiento de dónde estaba durmiendo, si comía bien y a sus horas, tan siquiera si estaba yendo al trabajo (incluso había ido a la oficina donde trabajaba, pero no quisieron darle información de él) y más le preocupaba que no estuviese tomando sus medicamentos. Y lo que es peor, desconocía qué pasaba por su mente para crear todo ese aislamiento e incomunicación de él, su pareja, su Omega, aunque se esforzara siempre por afirmar lo contrario, él sabía que no es así. Es BeomGyu, solamente. ¿Por qué tenía que ser indiferente? La persona con quien, se supone, más debería confiar.

Todo es una vaga ironía que no puede terminar de comprender. El cómo todo se vino abajo tan de repente, tal cual castillo de arena que es atacado por las olas agresivas del mar sin aviso de ondulaciones. O es que, las señales siempre estuvieron frente suyo y BeomGyu más bien se aferró a la comodidad de fingir que no estaban y, para peor, que no estaban interfiriendo en su relación.

Goyang-i ~ ᵗᵃᵉᵍʸᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora