Intimidad

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Mientras tanto, por otro lado podemos apreciar a Chuuya Nakahara, el cual parece ser que está teniendo un pequeño tic nervioso en su ojo derecho, recapitularemos la situación.

El subordinado de su esposo lo vió en la misma casa que Osamu, al no saber que hacer le estampó la puerta en la cara y le dijo que le pidiera explicaciones unicamente a su mentor. Luego de esa escena, Osamu apareció desde el pasillo con una expresión de "yo no fui" y después de eso, se tiró al suelo con el afán de pedirle perdón a su marido, ya que sí, el alfa era consciente de la presencia del joven Nakajima, lo peor era que Chuuya sabía eso con tan sólo notar la diferencia de tiempo en el que ambos aparecieron en su puerta. Ahora mismo, se encontraba entre los brazos de Osamu mientras este le decía lo mucho que lo amaba, luego de que Nakahara tratara de dejarlo inconsciente siete veces, fallando en todas.

—Chuuuuuya, tú sabes que yo te amo mucho ¿no es así? —habló el más alto, mientras se restregaba en el pequeño cuerpo de su amante.

El simple hecho de que no estuviera llamándolo por tontos apodos nos decía la gravedad de la situación. No era propio de el mismísimo Dazai Osamu no llamarlo por nombres como lo son "Chibi", "Enano", "Babosa", "Chibikko"... y la lista sigue.

Chuuya suspiró.

—Cállate un rato, bastardo. —finalmente, luego de un tortuoso rato, Chuuya pudo decir una oración. Vamos bien. —¿sabes? Esto no me afecta en nada.

Dazai se quedó quieto un momento, sin entender exactamente a que se refería el omega en esos momentos. Podía entender que se referia a la situación con Atsushi, pero no entendía el porqué no le afectaba.

—¿Sabes que yo no tengo nada que ver con la agencia, no es así? El hombre tigre no tiene contacto con nadie de la mafia más que con Akutagawa. —paró un momento. Una sonrisa burlona apareció en su rostro, mientras comenzaba a darle mimos a Osamu, claramente haciéndolo con la intención de molestarlo aún más. —Akutagawa ya sabe de Fumiya, así qué... En realidad, sólo es tu problema. No me afecta en nada que toda la agencia de detectives se entere que tienes un crío o estás casado, más bien, me beneficia.

Osamu entendió todo. Parpadeó repetidamente por unos segundos, hasta que captó que cada una de las palabras de Chuuya no tenían nada de broma en ellas.

—Ahora vete a arreglar tu problema.

En ese momento, Chuuya tomó el brazo de Dazai, guiandolo hasta la puerta de su casa y, esta vez, estampando la puerta en la cara de su alfa.

—¡Buena suerte! —se escuchó al otro lado de la puerta, acompañado de una risa burlona.

Bien. Ahora tenía otro problema que arreglar.

Siendo sincero, Osamu ya esperaba que algo así sucediera, conocía mejor a Chuuya que a sí mismo. Era obvio que su omega no se haría cargo esta vez de ese problema, debido a que sí, tenía razón, no le afectaba en lo más mínimo esa situación.

Resignado, comenzó a caminar un poco, hasta quedar cerca de la salida del vecindario. Quizá primero dar un paseo haría que comenzara a pensar en como callaría a Atsushi o, mejor dicho, que mentira le diría para que le reste importancia a la situación.

Su primera idea era llamar a Akutagawa, pues era cierto que tenía un amorío con Nakajima, aunque esa idea se vió descartada al tener la posibilidad de que ambos se encontraran juntos. Si ese era el caso, sabía que el pelinegro ya le había dicho todo a su subordinado.

Una familia disfuncional. || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora