Capitulo 6

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Maratón 2/5

Ultima hora, no se que me comía más la cabeza, si los exámenes los cuales tengo la semana que viene, o que la madre de Miguel haya aceptado sin poner peros, le ha preguntado hasta si lo que estaba haciendo me gustaba, tiene pinta de ser un amor de mujer. Como el hijo- Yo creo que mi subconsciente hoy no está en lo mejor

No estoy casi prestando atención, es historia, siempre me aburre, lo de la teoría de las cavernas no es lo mío. En ese momento me llego una notita de Claudia que estaba sentada en el pupitre de alado

Parece un caniche, te juro que en una de estas le pego

Fíjate que intente no reírme pero es que era muy cierto, era pálida, con el pelo pomposo y los ojos saltones. Era idéntica.

Mire la hora en mi teléfono gracias a dios quedaban solo cinco minutos, de hecho la gente estaba empezando a recoger así que imite la acción y esperé unos segundos a la tan deseada alarma que indicaba que me podía ir. No es que fuera la mejor en los estudios, tampoco la peor, me salvaba como podía.

- por fin, te juro que si volvía a nombrar a Platón la tiraba por la ventana- dijo Laura en cuanto salimos de clase para encontrarnos con los chicos

- ¿que da tanta risa?- dijo Miguel sin entender, pobre está tanto tiempo en su mundo que en cualquier momento se pierde y no sale

- tenemos nuevo mote pa la vieja de historia, La caniche- dijo Gabriela gesticulando con las manos

- ostia tu pues si se parece- dice Iker riéndose

Salimos del centro y tomamos camino los cuarto, Claudia, la cual se podría considerar mi mejor amiga por ahora, y yo íbamos un poco atrás y los chicos iban delante

- tia este finde hay botellón, salimos el sábado y disfrutamos el finde que el miércoles empezamos los exámenes y yo me preocupo por mi futuro no sé tú- dice riéndose, no sé si iré, seguramente este con otros amigos y me quede sola, me suele pasar, no es que me de miedo conocer a gente pero si me siento incómoda con personas que no conozco.

- bueno me lo pienso, no se me quiero centrar en estudiar- dije hechando una excusa

- no te voy a dejar sola no te preocupes- dijo como si me leyera la mente, te juro que la amo, es una chica de 10

- gracias, bueno vamos más para delante que nos quedamos atrás- dije y nos adelantamos para ponernos en medio de los chicos los cuales se quedaron callados al segundo

- que os pasa, porque tan callados- dijo Claudia mirándolos a ambos

- no nada, es que ya no teníamos de que hablar- dijo Miguel seguido de una carcajada de Iker

- bueno está y yo nos tenemos que ir- dice el mismo y se van

- adiós, piénsatelo- dice mi amiga para después despedirse con la mano

- ¿pensar que?- pregunta mi acompañante

- si voy al botellón el sábado, pero no se no quiero quedarme sola- dije algo insegura no sabía que iba a decir

- si quieres yo me quedo contigo, seguramente valla- dijo encogiéndose en hombros

No volvíamos a hablar del tema, estábamos delante de la puesta de su casa y se para y me mira, yo ya me esperaba lo peor pero va y me dice

- mi madre puede ser muy cariñosa con mi grupo, antes no tenia amigos y... bueno si eso luego te cuento- dijo, yo solo asentí no sabía que decir, estaba intrigada.

Él llama a la puerta y aparece una mujer, no muy alta, de complexión media, el pelo castaño claro y gafas

- hola guapa, yo soy Carmen, como te llamas- dice mientras se acerca a abrazarme, yo sé lo correspondo

- me llamo Lia, un gusto- digo con el mayor respeto del mundo

- el gusto es mío, pasa, Miguel se amable y enséñale la casa mientras que pongo la comida- en ese momento se le quito toda la dulzura y hablo normal más bien brusco porque su hijo se había quedado plantado en la puerta mirando a no sé muy bien dónde

- si si, ya voy, ven- en ese momento, me cogió de la mano y subimos las escaleras. La casa era muy bonita, era rústica pero tenía sus toques modernos, era amplia, con buena iluminación y paredes blancas.

Empezó a enseñarme todo, su habitación era lo más desordenado que había visto nunca, rompía con todo el orden de la casa. Al bajar ya estaba la madre colocando la mesa así que me acerqué a ayudar

- no querida, eres la invitada, déjamelo a mi, ve y siéntate- dijo de nuevo con dulzura

- no es necesario, le ayudo, o sino siento que vengo de fresca- dije y la ayude a poner la mesa- tú no ayudes eh, te valla a salir una hernia- le dije a Miguel el cual ya estaba sentado con el móvil, su madre me dio una mira cómplice y nos reímos

- lo que me faltaba que os aliéis para reíros de mi- dijo y empezó a reír

Ya habíamos comido, estuve hablando más con su madre y es un amor de persona, según me ha estado contando, trabaja limpiando casas por la mañana y por la tarde es camarera en uno de los bares de el centro, seguimos conversando hasta que se tuvo que ir dejándonos a los dos a solas.

Ambos subimos a su cuarto, dijimos que íbamos a descansar un rato y ya después empezábamos y así hicimos en cuanto estés a su cuarto me tire en su cama con toda la confianza del mundo. La cama olía a él, su cuarto en si olía a él.

- ¿pongo música?- cuestiono mirándome, yo asentí y volvió a hablar- ¿conoces al dellafuente?

- si, es uno de mis cantantes favoritos- dije incorporándome para mirarlo

- también es el mío- dijo y vi como puso una canción de él y se tumbó en la cama a mi lado. Yo me volví a tumbar y lo mire.

Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos, nadie gesticulaba una palabra, todo estaría en silencio si no fuera por la música hasta que él habló.

- tienes unos ojos preciosos, no creo olvidarlos nunca, ahora que me doy cuenta, son verdes, me encanta ese color- acotó mirándome a los ojos y después miro al techo y se quedó callado yo no sabía que decir ni que sentir

Son monísimos, los amo, todo el mundo quiere a un Miguel en la vida, quien allá entendido la referencia <<<<

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Miguel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora