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31/Oct/2032

Está noche las tormentas invernales se han adelantado un poco, el frío es intenso, y a pesar de que mi propio cuerpo no puede generar calor alguno, puedo sentir como el hielo golpea mis mejillas con fuerza, casi inclusive provocándome cosquillas, es filoso al igual que una cuchilla, pero es abrazador y no puedo evitar estar fascinado por ello, miro hacia el frente, algunos niños se pasean junto a sus padres, otros se encuentran con sus parejas compartiendo un café y un pan.

Me encuentro solo, estos últimos años han sido aburridos, he viajado por el mundo, buscando inclusive algo de mi interés, y eso implicaba a seres humanos, pero no pueden ser comparados. En Italia conocí a un chico que tenía casi las mismas cualidades que mi belladona, solamente cambiaba su cabello rizado y esos ojos grandes color verde, estuvo conmigo un par de años, pero no pude seguir con la farsa de interés que tenía por él, puede que su sangre tuviera ese aroma, pero no tenía comparación, luego encontré una bella doncella en Canadá, cabellos finos como los de mi belladona, pero ni siquiera podía ser comparado, ella no tenía la misma mirada, ni siquiera ese gesto de angustia y dolor, ni su fina voz.

Regrese a Corea después de haber estado buscando algo que sabía jamás iba a volver a encontrar o al menos no por el momento, las almas tardan muchos años en reencarnar, la ultima vez fue hace más de doscientos años, y ahora ni siquiera iba por la mitad, pero mi desesperación por querer encontrar de nuevo a mi belladona crecía con cada mes que pasaba, no podía evitarlo, porque en verdad quería tenerlo de nuevo conmigo, porque necesitaba obtener una respuesta afirmativa suya, quería escucharlo decir que sí quiere permanecer la eternidad a mi lado, que quiere que vivamos juntos, que viajemos, que seamos uno por el resto de la vida humana.

Por primera vez me sentí solo cuando supe que no volvería a ver a mi belladona en un largo tiempo, ser inmortal es espantoso, y más cuando no tienes a quien acudir para estar vivo.

Mis pensamientos seguían divagando, hasta que una curiosa y pequeña pelota de color rojo fue a dar a la punta de mis pies, golpeando mis zapatos y quedándose allí, la mire detenidamente, y me agache un poco para mirarla más, a mis fosas nasales llego un aroma tenue, casi imperceptible, pero era tan conocido para mí que no pude evitar cerrar mis ojos para visualizar a la persona a quien pertenece ese aroma.

—Disculpe, señor —una dulce voz aniñada me hizo elevar la mirada y mi aliento se corto en cuanto lo vi, abrí mis ojos en sorpresa, era él, mi belladona, pero era pequeño, podría calcular unos cinco o seis años, él... regreso—, no quise molestarlo, me pelota vino a dar a sus pies.

—Oh —dije saliendo de mi trance, y dirigí mi mano hacia aquella pelota, la tome y se la entregue—, ¿está pelota?

—¡Sí! —me respondió animado, y con ambas manos la quito de la mía—. Muchas gracias, señor.

Sonreí, era como si mi corazón hubiera comenzado a latir de nuevo, mi belladona provocaba sensaciones que ningún otro ser humano podría hacer.

—No hay de que, pequeño —dije en respuesta.

Me regalo una pequeña reverencia antes de darme la espalda y comenzar a correr lejos de mí, está de nuevo en este mundo terrenal.

—Dulce belladona, ¿será que ahora piensas aceptar? —solté un largo suspiro, ni siquiera algo de vapor salió por mis labios, era tan frio como el invierno mismo—. Quizás en está vida, te tenga de por vida.

Tu alma no aprende belladona, sigue regresando a mi lado, ¿será que te has enamorado de mí?

En unos años lo averiguaré y espero está vez te quedes conmigo, Yoongi.









( F I N )

It's Halloween || JimSu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora