Dolor

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Pov Hyunjin

Estaba dispuesto a subir a mi caballo en busca del hombre. Los guardias me seguían y mi espada ya estaba en mi mano. Cuando gritos llenaron el lugar, sin entender, miré a mi alrededor, encontrándome con el eunuco, quien se acercó hacia mí, llorando desesperadamente.

—¡Su alteza! El rey...

—¿Qué sucedió?

—El rey ha sido envenenado.

Sentí que mi corazón dejó de latir. Corrí hasta el trono, siendo seguido por múltiples guardias. Enseguida fui recibido por la corte y el monarca junto al cuerpo de mi difunto padre.

Sentía un zumbido en mi cabeza, la impotencia, el dolor, se acumularon al ver el cuerpo de mi padre en el piso, ya sin pulso.

—¿Quién hizo esto!? —grité desesperadamente.

—Fue ella, ella trajo el té —respondió uno de los historiadores, señalando a la mujer escondida entre la multitud.

Sin más, me levanté y saqué mi espada, ya para este punto no pensando correctamente.

—¡Por favor, a mí solo me pagaron, yo no quería!

La mujer gritaba por mi perdón, pero ya era tarde. Rápidamente saqué mi espada y la tiré rápidamente a su cuello, cortándole la cabeza.

Todos los presentes se asustaron ante el repentino ataque, pero no me importó, la mujer debía pagar por la traición.

Aunque me quedé estático al sentir cómo alguien tomaba mi brazo fuerte. Era Félix, quien había observado toda la situación.

—Hyun, es mejor salir de aquí —dijo con voz dulce Félix, ignorando completamente que decapité a alguien.

Pero sin más, una voz se hizo presente en el lugar, una maldita voz bastante conocida y un grupo de guardias que nunca había visto entraron también. Me voltee sin expresión en mi rostro al ver al hombre parado justo enfrente de mí con una sonrisa.

Todos en la habitación estaban igual que yo, sin poder creer que estuviera vivo, escuchando cuchicheos a mis espaldas.

Rápidamente los guardias se posicionaron enfrente mío, dispuestos a escuchar mi señal. Pero su mandato cambió totalmente al ver cómo el hombre terminó sentándose en el trono.

Saqué mi espada ya cubierta de sangre, mientras múltiples hombres enmascarados intentaban asesinarme, pero los guardias aún protegían mi espalda.

Me acerqué a este, dispuesto a acabar con él y coloqué el objeto afilado en su cuello, pero este solo me veía con una cara de victoria, cosa que me hacía arder en llamas.

—Si fuera usted no me reiría.

—Sobrino, veo que no sabes qué está pasando en este momento, soy el verdadero sucesor y tengo el pergamino.

El hombre sacó el pergamino al aire, mostrándolo a todos los presentes, haciendo que todos en la habitación se inclinaran ante él.

—Guardias, encierren al príncipe Hwang en el calabozo, por favor —soltó el hombre, aún mirándome.

Al escuchar el mandato, intenté rápidamente atacarlo, pero mi ataque fue detenido por dos enmascarados.

Luché como pude aún adolorido, pasando mi espada por el estómago de uno, pero mi cuerpo dejó de ayudarme en esa situación, haciendo que el dolor aumentara. El hombre enmascarado aprovechó esto para atacarme rápidamente, pero su ataque se vio perjudicado por el monarca. Al que miré agradecido.

Heredero Al Trono | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora