Heredero Al Trono | hyunlix

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Felix caminaba tranquilamente por el campo, con una larga capa negra y en su mano una canasta con unas cuantas manzanas.

Se detuvo al mirar unas cuantas flores; eran realmente hermosas a su parecer.

—¡Atrápenlo!

Felix se asustó al escuchar el fuerte grito, se levantó y enseguida pudo notar cómo un venado corría hacia él.

Era claro lo que pasaba, lo querían cazar.

Enseguida una flecha fue lanzada, haciendo que el pecoso la esquivara con facilidad.

Felix notó cómo en el lomo del animal había una gran cortada y en su pata una especie de cuerda que no lo dejaba moverse más.

—Tranquilo, estarás bien, no dejaré que te hagan daño —dijo Felix mientras se colocaba al frente del venado.

—¡Por aquí!

Felix enseguida pudo notar cómo el lugar se llenó de guardias a caballo y armados.

—Príncipe Hwang, alguien está evitando la caza —soltó uno de los guardias al chico encapuchado en medio de todos.

Felix abrió los ojos de golpe al escuchar el nombre; claro, esto tenía que ser obra del maldito Hyunjin.

El chico enseguida se quitó lo que lo cubría para así dejar a la vista su rostro y percatarse de quién estaba junto al animal. Felix...

—Príncipe Felix, con todo respeto le pido que se mueva —dijo Hyunjin con mirada matadora.

—Lo siento, pero no lo haré, es un animal inocente —respondió Felix mientras tomaba una pequeña cuchilla que escondía en su muslo.

—Felix, no lo hagas, esta caza es importante.

No hubo respuesta; el menor acercó la cuchilla a la cuerda que sujetaba al animal.

—Felix, te lo digo, esta caza es importante.

Felix solo volteó los ojos al escuchar la crueldad de este.

—Hyunjin, es un animal indefenso, de verdad no tienes corazón.

El mayor enseguida bajó del caballo para después acercarse al chico.

Felix entró en desesperación al ver cómo el chico se acercaba a él, así que sin más terminó cortando la cuerda antes de que Hyunjin pudiera detenerlo.

Haciendo que el animal saliera corriendo.

—¡Síganlo! —gritó uno de los guardias, quienes solo esperaban la señal del príncipe.

—Hyunjin, por favor... —expresó con ojos de cachorro el menor, haciendo que para el mayor fuera casi imposible resistir.

—No lo sigan, vuelvan al palacio —gritó Hyunjin a los hombres.

Los cuales solo asintieron y se dirigieron al palacio.

—Gracias.

—Gracias nada, solo lo hice por el animal —dijo Hyunjin mientras caminaba de vuelta a su caballo.

—De igual manera, gracias.

Hyunjin solo asintió y salió sin más del lugar; la verdad, le parecía tierna la preocupación del menor por el animal.