Capítulo 004: Tres de diciembre

16 1 0
                                    


Después de horas de vuelo, finalmente estábamos descendiendo sobre Sicilia, Italia. Las vistas desde la ventanilla eran impresionantes, como siempre. Nunca dejaban de maravillarme.

Piper dormía plácidamente, su cabeza descansaba en mi hombro. Aunque el dolor en mi hombro era bastante incómodo, no me atreví a despertarlo. No quería interrumpir el sueño de mi "pequeño gruñón". De repente, como si Piper hubiera sentido mi dilema, comenzó a moverse hasta despertar.

—Buenos días, futuro esposo —le saludé con una sonrisa.

—Alto ahí, casa nova —respondió Piper, frotándose los ojos—. Te recuerdo que sales con mi mejor amiga.

Sonreí y le expliqué que cuando yo entraba, Piper ya no estaba, ni estaría, ni habría nada más entre nosotros. Nuestra relación con Melanie era simplemente física, un acuerdo beneficioso para ambos. Piper negó con la cabeza, felicitándome por tener claro que no pasaría nada entre Melanie y yo, pero sus palabras me afectaron ligeramente.

—¿Así que soy muy feo para Mel? —respondió Piper, a lo que negué mientras una pequeña sonrisa aparecía en mi rostro.

—Eres muy sexy, le gustarías a cualquiera con buen gusto, pero el problema es que tienes un pene, y eso no es muy atractivo para Mel.

—Ah, bueno. ¿Y tú tienes buen gusto?

La sonrisa en mi rostro desapareció, dando paso a una expresión seria.

—Y justo tenías que cagarla —comenté, recostándome en mi hombro.

—Tomaré eso como un sí.

—Tómalo como se te antoje, Santa maniático.

Antes de que pudiera decir algo más, el capitán del vuelo anunció que estábamos a punto de aterrizar y que debíamos abrocharnos los cinturones. La emoción llenó la cabina mientras nos preparábamos para el aterrizaje.

Después de tocar tierra, Piper y yo nos levantamos de nuestros asientos, recogimos nuestras pertenencias y nos dirigimos hacia la salida del avión. Mientras caminábamos por el pasillo, no pude apartar la mirada de Piper, y en mi mente, algunos pensamientos impuros comenzaron a jugar, dando inicio a una nueva e intrigante etapa en nuestro viaje por Sicilia.

Piper se detuvo de manera repentina y volteo a verme,

—Oye sabes lo incomodo qué puede ser sentir la mirada insistente de alguien sobre ti —dijo y continuó su camino. —Por cierto mi espalda está arriba, así qué aparta tus ojos de mi trasero.

Sonreí ante la acusación de Piper y le respondí con tono juguetón: "Solo estaba admirando el espléndido paisaje siciliano desde otra perspectiva". Piper rodó los ojos, pero no pudo contener una pequeña risa.

Caminamos juntos durante un rato hasta llegar a la salida del aeropuerto. El bullicio y la energía vibrante de Sicilia ya se sentían en el aire. Mientras avanzábamos, comenzamos a hablar sobre nuestras expectativas para los días en Italia.

—Es solo que... bueno, nunca pensé que tendría la oportunidad de viajar a lugares como este. Esto es tan diferente de mi rutina diaria, y a veces, lo desconocido me pone un poco nervioso.

—No te preocupes, Piper. Estoy aquí para asegurarme de que disfrutes cada momento. Además, ¿qué podría salir mal con un guía turístico tan apuesto? —bromeé, tratando de aligerar la atmósfera.

Piper rió, y el ambiente se relajó un poco más. Conversamos sobre nuestras expectativas para el viaje, las experiencias que esperábamos tener y cómo haríamos para aprovechar al máximo nuestra estancia en Sicilia.

Mientras caminábamos hacia la salida del aeropuerto, los nervios de Piper comenzaron a disiparse lentamente, reemplazados por una anticipación emocionada. El comienzo de esta nueva aventura prometía ser emocionante, y estábamos listos para explorar todo lo que Sicilia tenía para ofrecer.

Uno de los conductores personales de Anansi nos recibió de una manera muy amable, tan amable qué me molestaría atropellarlo con su propio auto. Tomó nuestro equipaje y lo subió en el baúl del auto, luego subió al auto y comenzó a conducir hasta el hotel qué mamá se había encargado de reservar. El paisaje de Sicilia era hermoso cómo siempre pero está vez no era lo qué capturaba mi atención, lo qué tenía mi completa atención era el chico qué sonreía mientras observaba el paisaje.

Saque mi teléfono para tomarle fotos y capturar el momento, no se por qué pero siempre he pensado qué si no hubo fotos y videos eso nunca sucedió. Luego de terminar la sección de fotos express me dediqué a admirar cada una de las fotos qué tome y eran perfectas. Cada una de ellas revelaba y conservaba la belleza natural de Piper, pero aún así seguí siendo muchísimo mejor admirar su belleza de forma física, presente y en el momento.

—Esto es hermoso sabías —dijo prestándome atención.

Negué y le dije qué estaba equivocado.

—Y qué es lo más hermoso qué has visto en tú vida.

Me acerqué a su oído y le susurró "tu sei la cosa più bella che abbia mai visto nella mia vita mon solei"

Me acerqué a su oído y susurré: "tu sei la cosa più bella che abbia mai visto nella mia vita, mon solei". Noté un leve rubor en sus mejillas, pero antes de que pudiera responder, el conductor anunció que habíamos llegado al hotel.

Bajamos del auto, y el paisaje italiano nos rodeó con su encanto mediterráneo. Caminamos hacia la entrada del hotel, discutiendo sobre cómo serían nuestros días en Italia y compartiendo nuestras expectativas. Aunque Piper estaba emocionado por la oportunidad de fotografiar momentos especiales, pude notar un rastro de nerviosismo en sus ojos. Le recordé que tenía todo el talento necesario y que Sicilia estaba a punto de convertirse en su lienzo.

Mientras avanzábamos hacia la recepción, no pude evitar notar que Piper seguía mirándome de vez en cuando, como si estuviera intentando leer mis pensamientos. La mirada persistente generó un cosquilleo en mi estómago, y me pregunté qué pensamientos impuros podrían estar cruzando su mente. Aunque intenté ignorar esos pensamientos, la conexión entre nosotros comenzaba a tejerse de una manera que ni siquiera Piper parecía completamente consciente. La magia de Sicilia no solo yacía en sus paisajes, sino también e


Una navidad para conquistarteWhere stories live. Discover now