ALPHA Minho Harem

06

Sentí un exquisito olor a pastel y no pude resistirme a ir tras ése atrayente aroma.

Mi alfa rasguñaba mi interior, quemandome para que me apresurará porque Omega nos necesitaba.

No estaba pensándolo todo con claridad, simplemente me dejaba guiar por mi instinto.

Llevándome a la enfermería.

Y ahí lo ví, un chico pelirubio buscando supresores.

"Está en celo nuestro Omega"

Negué a lo que mi parte animal decía y me dirigí a él, con calma, ayudándolo a buscar los supresores.

Hasta que ví cómo volteaba a mirarme con los ojos totalmente cegados por mi olor.

-Alfa~ -Gimió y empezaron a temblarle las piernas de pollito que tenía.

Lo tomé de la cintura para que no cayera, pero siento que hubiera sido mejor opción soltarlo y dejarlo caer al piso que provocarme y provocarle una erección.

Ya no quise soltarlo.

O más bien mi alfa y yo no queríamos hacerlo.

Me asusté al pensar en qué perderíamos los estragos y habría un accidente en medio de la enfermería.

Él se acercó a mí, y sin habérmelo esperado, lamió toda la extremidad de mi glándula de feromonas.

-Alfa~, mi alfa, mi predestinado -Soltó aún lamiendo mi cuello.

Su áspera lengua se enredó con mi collar, excitándome.

Asímismo, intenté alejarlo cuando aún podía, pero el chico sólo me terminó por acorralar a la pared.

—D-deberíamos detenernos.. a-ahora –Dije entrecortadaménte, pero éste no hizo caso y termino por sentarme en la camilla para subir en mí a horcajadas, poniendo sus gordos muslos alrededor de mi cadera.

Me asusté porque tanto su Omega cómo mi Alfa habían comenzado a entrar en celo.

Lo tomé de la cintura posesivamente y él empezó a poner sus manitos en mis hombros.

Estábamos por continuar cuando una chica entro a la enfermería, Dahyun en específico.

Le gruñí y tomé posesivamente a mí Omega mientras esté me cubría con su aroma.

A lo que ella me miró a mí, parecía decepcionada de verme con otro Omega.

Se dirigió a un cajón y sacó dos supresores.

—Tómalo, Felix, Minhonnie –Sentenció y nos negamos.

Entonces Dahyun quitó de mis brazos a Felix y le metió la pastilla en la boca de mi Omega para después mirarme a mí y decir que seguía mi turno.

Me negué nuevamente entonces Dahyun se sentó en mis piernas.

¿Pero qué?

Accedí a tomarla, aún que Dahyun aún no se me había quitado de encima.

Miré por detrás como Felix se me quedaba viendo y a Dahyun la fulminaba con la mirada.

Me sentí relativamente incómodo.

Quise levantarme para que ella también lo hiciera.

Si bien, sólo termino por colocar sus manos en mi cuello para volverme a sentar.

Todo era tan extraño...

Con ella no sentía ningún tipo de conección y no encontraba la manera más amable para pedirle que se aleje de mí.

—¡Bájate de mi Alfa! –Exclamó molesto mi Omega y por fin me alivie de que Dahyun hubiese obedecido.

Dahyun sólo me lanzó una mirada coqueta mientras en el fondo se escuchaban los chillidos celosos de Felix.

Bueno, ahora ya no tendría ninguna amiga.

Lo raro era que Dahyun no era mi predestinada y aún así insistía desde hace unos días porque pasará algo entre nosotros.

Salí de mis pensamientos cuándo Félix jaló de mi mano y me dirigió a los comedores.

Instantáneamente me sentó en la mesa del comedor.

Tragué duró al ver que éramos los únicos en el comedor y todos estaban en clase. Fácilmente podría pasar un accidente y rezo porque no suceda nada.

—Ya sabía que había un Alfa en la escuela aún que no esperaba que fuera mi predestinado... y uno tan apuesto –Admitió pensativo para después darme una tierna sonrisa.

Agg, éste chico va a matarme de lo adorable que era.

—¡Tengamos una cita, Alfa! –Sugirió sonriendo totalmente feliz.

Lo observé apenado y asentí.

—¿A dónde quieres ir, Lixie? –Pregunté y él pareció pensarlo.

—¿Quieres ir a una tienda de peluches y cosméticos?

Yo sólo asentí.

Realmente no me importaba a dónde fuéramos, simplemente quería conocerlo.

Y ahí recordé.

¿Cómo reaccionaría al saber que tenía otros seis Omegas predestinados?

Los omegas eran celosos por naturaleza, no sabría cómo se lo tomarían.

Mordí mi labio nerviosamente pensando en ello.

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—¡Minhonnie, mirá mirá! Un peluche de pollito y uno de puma, tal para cuál, ¿no es así? –Habló el pelirubio a lo que me dediqué a responderle que sí.

Tomé los peluches y nos dirigimos a la caja registradora para pagarlo.

Pronto, a lo lejos, miré a JiSung en otra tienda que era de ropa, seguramente la sección de mini faldas.

Reí por ello pensando seriamente en si acercarme o sólo irme de paso.

No pude seguirlo pensando porque Felix me arrastró a la misma tienda del otro lado en la que estaba el ardilla.

Al entrar JiSung se percató de que entré, rápidamente ví cómo se acercaba a mí.

En tanto Felix jaló de mi brazo a los pasillos de ropa para bebés.

¿Qué rayos?

—¿Quieres ver éso? –Le pregunté confundido y Félix asintió.

—Me gustan mucho los bebés –Respondió y me miró con una sonrisa tierna, sin embargo detrás de ésta no había nada de inocencia.

Para lo adorable que se veía estaba seguro de que si le contaba a unos de mis amigos no me creerían.

También Jeongin.

Vaya, los adorables eran los menos inocentes, pensé.

—¡Minhonnie~! –Escuché detrás de mí entonces Félix y yo miramos al chico cachetón.

—¡Hola, Sunggie! –Saludé de vuelta viendo con el mismo tono.

Me percate de inmediato cómo éste miraba a Felix y a mí.

Específicamente en nuestras manos que aún seguían unidas cómo también la sección para bebés que estábamos viendo.

Rápidamente JiSung me observó pidiéndome una explicación con sólo su mirar.

Yo sólo me dispuse a sonreír incomodamente.

—No estoy entendiendo nada, necesito explicaciones Minhonnie –Exclamó molestó mientras Felix nos veía confundido.

—¿Es tú hermano acaso..?

—Soy su casi novio, ¡Y PREDESTINADO!  –Contestó totalmente celoso JiSung y miré como Felix se molestaba.

—¡Que decís! Yo soy su predestinado –Renegó el pelirubio.

No, yo no estaba jugando con los sentimientos de nadie.

Simplemente quería entender y saber sobrellevar todo éste dilema.