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Hasta que el profesor Kim Seok Jin entró (quién empezaba a creer que me odiaba), Seungmin me dejó irme.

Estaba por ir directo a mi clase que tenía junto a Hyunjin, hasta que noté a Jeongin salir de su salón para dirigirse hacia mí.

—¡Minho hyung! –Saludó abrazándome, pasando toda su naricita de zorrito en mi cuerpo.

Extrañamente se separó brutalmente furioso por el olor de otro Omega que llevaba conmigo.

Lo observé disimular en quererme abrazar otra vez.

Bien sabía que era puro cuento.

Estaba dejándome impregnado con su olor a vainilla que tanto me distraía del mundo exterior.

Pero era adorable y le dejaba pasar todo a este niño.

Negué nuevamente riendo.

Sin duda me divertía la situación.

Estaba empezando a aceptar que tenía cinco Omegas.

Aún que debía mantenerlos y éso me aterraba.

Si bien mis padres me heredarían la empresa, comenzaba creer que no era suficiente.

Igual, aún quedaba qué querían hacer ellos y si querían estar a mi lado.

—¡No quiero compartirte, Alfa! –Chilló Jeongin y no supe qué decirle.

Entonces sólo lo abracé por la cintura y le besé el cachete, este sonrió gustoso.

—Puedes conseguirte un mejor Alfa, Omega. No creo ser el indicado para tí, mi amor –Le hablé con sinceridad pero él negó frenética aferrándose a mi corbata y jalandome para abrazar mi cuello.

—¡No! Yo te quiero a ti, Minho –Confesó sonriéndome con sus bonitos frenos y me sonroje.

—Jeonginnie, yo- –No acabé de decirlo porque Jeongin besó mi cuello y corrió nuevamente a su clase.

¿Pero qué?

Me quedé cómo idiota nuevamente en medio del pasillo.

Hasta que recordé mi clase y que estaba siendo un escombro para los demás alumnos.

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Hyunjin estaba casi durmiendose, entonces lo moví un poco para que escuchará la clase, aún que sólo terminó por reacostarse en mi hombro.

Reí al sentirlo olfatear mi glándula de feromonas aún con los ojos cerrados.

Quizás sólo fingía dormir.

Al menos la profesora Jennie de Español no nos diría nada.

Lo dejé hacerlo y me dispuse a anotar para después pasarle los apuntes, o éso planeaba hasta que sentí cómo pasaba su lengua en mi cuello lamiendo toda mi glándula de feromonas.

Chillé sorprendido y noté cómo todos se nos quedaban viendo.

Hyunjin y yo nos reincorporamos algo avergonzados.

Miramos cómo la maestra Jennie se enojaba y nos cambiaba de asiento, entonces no me quedo de otra que sentarme donde me asignó.

Cuándo ví a mi nueva compañera de asiento, me di cuenta inmediatamente que era la chica que había estado molestando Changbin.

—¡Hey, eres aquella chica que Seo molestaba! –Saludé.

Rayos, se había escuchado mejor en mi mente.

En cambio, ella sonrió en grande.

—¡Eres una Omega muy valiente! –Declaró y yo reí con gracia.

ALPHA                                                     Minho HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora