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Mi segundo día aquí, decidí esconder mi olor con supresores para no incomodar Omegas o atraerlos.

Entre a mi clase de química aún que llegaba algo tarde.

O bueno, bastante tarde; el maestro ya estaba sentado en su escritorio.

-LEE MINHO, TÚ SEGUNDO DÍA AQUÍ Y YA LLEGAS TARDE, MUY MAL MUCHACHO -Negó repetidamente el profesor Jin, yo me mordí el labio nervioso y escuché cómo todos los Omegas chillaban.

Me asusté y dí un paso hacia atrás, chocando sin querer con un chico que también venía entrando.

Quise tomarlo por el brazo para que no cayera al suelo, pero no alcancé, entonces por un rápido reflejo lo tomé de la cintura y lo choque por accidente contra mí para que no se golpeara en el piso e hiciera el ridículo.

-¡Ay, Han! De nuevo tarde, estás cómo éste chico nuevo. No es cierto, eres peor. Entren yá y dejen de hacer sus escenitas. Y ustedes, no andén chillando que no ven que lo asustan, ridículas -Regañó el maestro Jin.

Solté al tal Han y éste se quedó en su lugar estupefacto.

Parecía que no reaccionaba.

Y entonces en un instante lo ví tomar su mochila del suelo y seguirme, literalmente, a dónde estaban los asientos de atrás para sentarse a mi lado.

Traté de no reír por su acción, pero fallé y nuevamente el profesor Jin enfureció sacándonos a ambos de la clase.

Hice una mueca y salí.

-Han no debe salir, fue culpa mía... -Dijé aún que JiSung ya estaba saliendo de la clase.

Abrí la boca confundido y finalmente lo perseguí a dónde sea que fuera.

Cuándo me fuí, lo ví ir a los comedores.

Dudé un poco en ir tras de él.

Igual después de unos segundos me dirigí a él para disculparme.

Una buena excusa.

Me senté a su lado y éste sonrió en grande mientras sacaba una bellota de su mochila y se la metía a su boca.

-Lee Minho... el primer Alfa de la escuela, eres famoso entre los Omegas, Minho -Soltó y yo asentí riendo por su forma extraña de meterse todas las bellotas a la vez.

-Tu olor me distrae, no podía quedarme en la clase -Se sinceró minutos después y yo abrí los ojos sorprendido.

-¿Cómo..? Oculte mi olor y todos pensaron que era Omega hasta el momento, bueno, a excepción tuya y del maestro Jin que ya me conocía -Dijé y Han abrió sus ojos sin poder creerlo.

¿Éso significaba..?

Nos miramos y nos sonrojamos.

No supe qué decirle, entonces miré su ropa.

-Me gusta tú falda, ardillita -Traté de hacerle conversación.

Y después caí en cuenta nuevamente que la había cagado.

Valió cacota, pensé.

Pero JiSung sólo sonrió divertido por cómo me incomode y avergonce yo mismo.

-¿Te gusta? ¿Quieres sentirla? Tocala -Soltó y tomó mi mano, llevándola al borde de su falda rosita pastel.

Intenté quitar mi mano pero él la rearfirmo.

¿Qué rayos?

-Está bien, Minho. Somos predestinados, ¿no?

Yo tragué duro.

¿A qué se refería?

Finalmente dejó ir mi mano y la quité enseguida.

Debía admitir que me atraía su aroma de flores, como el de Jeongin de vainilla y el de Hyunjin de frutas.

Sin embargo sentía miedo.

No iba a jugar con ninguno.

Aún que en sí no estaba saliendo con ninguno.

-Deberíamos juntarnos en el receso, para conocernos más -Sugirió y yo le contesté que sí.

Sólo esperaba que Hyunjin y Jeongin no se molestaran o se incomodaran.

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Estábamos ahí sentados cuando Hyunjin y Jeongin se acercaron contentos.

-¡¡Holim, Minho!! -Chillaron con emoción ambos Omegas sentándose al lado de mí.

Hasta que notaron a JiSung.

Miré que no le dieron tanta importancia y sólo sonrieron en grande.

-¡Hola! Eres JiSung, ¿No? Un gusto por fin poder hablar -Saludaron y me sentí tranquilo.

Al parecer todos eran muy amables aquí, o ya no sabía.

Suponía que sólo ellos.

Puesto que presencié cómo un Omega enfurecido tiraba la comida de una Omega.

Me levanté inmediatamente.

¿Por qué nadie le decía nada?

-¿Por qué no hacen nada? -Pregunté enfadado y JiSung se mordió el labio.

-Es Seo Changbin, un Omega rudo del que nadie se quiere meter con él por su fuerza -Admitió él ardilla y se hizo pequeñita en su lugar.

Miré a Jeongin y Hyunjin, éstos estaban de acuerdo con lo que había dicho, entonces no me quedo de otra que ir a ponerle un alto.

Y no porque fuera alfa.

Sino porque nadie podía molestar a la Omega víctima de todo ése bullying.

Me encaminé decidido a ellos, miré cómo soltó a la Omega para centrarse en mí.

Me asusté por ello.

Pero no sería cobarde.

ALPHA                                                     Minho HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora