15

618 69 59
                                    

Tomé las mochilas y pagué la cuenta mientras JiSung e Innie me sonreían contándome sus sueños.

-¡Y después quiero un segundo bebé! Me gustaría que fuera zorrito, ¡como yo! -Contó con emoción Jeonginnie y reí mostrándole mis dientes.

Miré extrañado a JiSunggie cuando se quedó en silencio abriendo su boquita en forma de 'O".

-¿Estamos yendo a la casa de Channie Hyung? ¿Será sexo de tres? Si es así, deja le mando un mensaje a Changbin para que nos pongamos de acuerdo-.. -Decía JiSung a lo que yo negué.

Nerviosamente le expliqué que solo iría a hablar con él.

Con ellos.

Y de una vez me digan por qué tanta urgencia de tener bebés.

No estaban ahí por dinero, lo sabía.

Pero es que no terminaba de entender por qué tan deprisa deseaban tener intimidad y bebés conmigo.

Estaba algo confundido.

-Alfa..., te lo diremos, pero por favor, tu aroma a confusión nos pone nerviosos -Dijo JiSung y yo abrí mis ojos.

Paré el olor por un aroma más dulzón y feliz cómo a ellos les gustaba.

Subimos al autobús, pero hicimos una mueca al ver que sólo quedaban dos lugares.

Dejé que ellos se sentaran, a pesar de que Jeonginnie me rogó para que me sentara y él subirse encima de mí.

Habría aceptado sino fuera porque sabría que me tacharían de amenazador, además de que Jeongin haría lo mismo que JiSung está mañana en los casilleros.

El autobús comenzó a llenarse y no tuve más opción que recorrerme, dejando solitos a mis Omegas.

Temí un poco al ver cómo un grupo de alfas viejos se recargaban en la barra dónde estaban sentados mis Omegitas.

Tragué duro mientras me disponía a observar en qué no pasara nada como incomodarlos o faltarles el respeto.

Y lo que más temía..., sucedió.

-Que bonita faldita traes, ardillita~ -Sonrió con coquetería el gordo alfa de gato.

Fruncí mi ceño soltando un espeso aroma ácido por el enojo mío y el de mi animal puma interior.

Los de mi raza no solo éramos autoritarios, sino que también éramos buenos para las peleas.

Me moví entre la gente hasta quedar cada vez más cerca de dónde el acoso hacia mis parejas ocurría.

-Zorrito, que bonitas piernas tienes... Imagínate que yo les-... -Dijo un Alfa al que no le dejé continuar porque lo tomé del cuello totalmente encabronado.

-¿Tú qué? -Pregunté mostrándoles mis colmillos a lo que los tres señores rieron.

-¿Qué te metes? La plática era con ellos, hijo -Contestó sin inmutarse.

Sin que él se lo hubiese esperado, le lancé un duro golpe en el ojo asustando a la gente que se nos quedaba viendo.

-Minhonnie, no pasa nada -Chilló JiSung entrando en pánico.

ALPHA                                                     Minho HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora