¿Realmente los polos opuestos se atraen?
Esta pregunta nos llevará a conocer la historia de Éric Martín y Romina Roux, dos personas completamente opuestas, pero que curiosamente tienen algo en común...sed de placer.
Sí, quizá suene contradictorio...
La alarma de mi teléfono me despertó como se esperaba, la luz brillante del sol anunciando un nuevo día se postraba en mi rostro evitando que pudiera abrir por completo los ojos.
—Buenos días —dijo Éric saliendo de la ducha.
—Buenos días —respondí apreciando sus abdominales marcados.
Me duché y me arreglé de inmediato para dirigirme a la habitación donde se encontraba Josué.
—Ayer...tú amigo actuó de una forma fuera de lo común —soltó Éric.
—El aun no logra superarlo del todo —respondí.
—¿Qué cosa? —preguntó.
—El trauma —suspiré —su hermana se perdió hace un tiempo y cuando la encontraron, lastimosamente ya no tenía vida; desde entonces se asusta cuando no le aviso en donde estoy, es aterrador para el pensar que me puede pasar algo.
—Vaya, eso es bastante sorprendente —hizo un pausa —él siempre está sonriendo, no sabía que había pasado por algo tan difícil.
Me abrazó y dio un tierno beso en mi mejilla, de una vez me despedí de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Romi, discúlpame —decía Josué mientras se acercaba.
—No tengo nada que disculparte —dije abrazándolo cuando llegó a mí.
—No debí alterarme así, de verdad lo siento.
—Está bien, está bien; mira lo que te traje —le mostré el café frio que le había comprado de paso en la cafetería del hotel.
—Te amo tanto —tomó el café y sonrió.
Josué es la persona que más deseo proteger en esta vida, ya ha pasado por mucho, de verdad solo quiero verlo feliz.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hicimos el recorrido que se había estipulado, conocimos un poco de la historia del lugar, y alguien leyó el cuento que escribí para finalizar.
