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Segundo Grado de Primaria

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Segundo Grado de Primaria.

Verle siempre con ese chico peliverde
encima, le hacía sentir y pensar cosas que
nunca había experimentado antes. Escuchar
el ridículo apodo que usaba para llamarlo o
simplemente nombrarlo, era una de la cosas
que más le irritaban de él.

"Kacchan", "¡Kacchan!", "Kacchan..."

La muchas veces que trató entablar una
conversación o intercambiar al menos una
palabra con Katsuki, ese niño se lo impedía,
siempre acaparaba toda la atención del
rubio, y no podía estar más enojada por ello.

Y ahí iba, en su nuevo intento para tener la
atención del cenizo.

"Hola, ¿me lo prestas?" Preguntó apuntando
con su dedo índice un pequeño sacapuntas
que el rubio tenía un costado de su mesa.
Disimuló su nerviosismo lo más que pudo,
fue lo único que se le ocurrió, pero al menos
sirvió de mucho, pues el chico ahora se
encontraba viéndole con ese ceño fruncido
que siempre se cargaba.

Katsuki no se lo pensó mucho cuando sin
pena pronunció un "No.", seco y simple.

Y aunque la castaña ya se esperaba esa
respuesta, no pensó que algo tan simple
como prestarle un sacapuntas, se le fuese
negado así tan fácil.

"Kacchan, no seas egoísta" reprendió el
pequeño peliverde sentado a su lado. Acto
seguido, rebuscó algo en su mochila y sacó
un pequeño sacapuntas verde,
extendiéndolo hacia ella "Ten, te presto el
mio" dijo, regalándole una de esas sonrisas
que tanto exhibía.

Camie, a punto de estallar por esto,
rápidamente tomó el sacapuntas que se le
era ofrecido, viró sobre sus talones y se alejó
con paso acelerado, casi que enojado.
Cuando llegó frente al pequeño cesto de
papelera cerca de la puerta del aula, ni bien
le saco puntas a su lápiz y arrojó el objeto al
tacho.

Varios observaron esto, pero tuvo la suerte
que el peliverde no lo haya hecho.

Apenas volvió a tomar asiento en su puesto,
fue consciente de lo que acababa de hacer, y
aunque fue impulsivo, no se arrepentía.

Katsuki había ido al baño, avisando de ello a
Izuku y dejándolo solo, mientras este
terminaba de colorear un dibujo en
particular.

"Midoriya, ¿qué hacía tu sacapuntas en la
basura?" Un pequeño niño bicolor se había
acercado a la mesa de sus dos compañeros,
dejando ver el objeto en una de sus manos.
Lo reconoció al verlo dentro del tacho
cuando fue a botar un papel que había hecho
bola.

Izuku se extrañó al oír aquello, recibió el
sacapuntas de las manos del bicolor, no sin
antes agradecer y lo guardo en su mochila.
"No lo sé, se lo había prestado a Utsushimie"
respondió algo serio y confundido al
recordarlo.

¿Por qué la rubia tiraría su sacapuntas a la
basura?



•••

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