Ajeno

O5.

Ya tenia conocimiento de que Katsuki e Izuku
vivían cerca de la escuela, y al caminar unas
cuantas cuadras hasta detenerse junto a un
portón negro que daba paso a una grande
urbanización de casas, lo confirmo.

El vigilante de la entrada reconoció al rubio y
de inmediato abrió la entrada fácil hecha de
reja igualmente negra.

"Quita esa cara, Katsuki. Te pondrás más
viejo que yo." Bromeó.

"Cierra la boca, viejo." Contestó rodando los
ojos sin mirarlo, escuchando la risa del señor
mientras pasaba bajo el umbral de la reja
seguido de los otros dos.

Camie no pudo evitar soltar una risita
también, le agradó la confianza que había
entre esos dos. Pues el viejo vigilante
conocía a Katsuki desde que este apenas
tenía 4 años.

Con Shoto saludaron cortés al señor para
seguir retomando el camino detrás de
Katsuki.

Pasaron frente a un conjunto de casas,
bonitas y modernas, todas eran de dos
plantas, y aunque eran de la misma
estructura, el color y los detalles únicos que
le daban las hacía diferentes a cada una.

El ambiente era cálido y hogareño, y por un
momento, deseó algún día poder vivir en ese
espacio.

Siguieron caminando y poco después
llegaron hasta una casa color beige con
verde vintage, donde Katsuki había
disminuido el paso para adentrarse entre un
pequeño camino de arbustos perfectamente
podados. Shoto seguía el mismo paso que el
rubio, en cambio a ella, que estaba unos
pasos atrás.

Cuando llegaron a la puerta, el cenizo tocó el
timbre y unos segundos después, se abrió,
dejando ver a un chico peliverde.

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