Kendall le abrió las piernas, sin quitar la vista de ese centro. Como si una niebla le nublara la vista, encantado con lo que estaba viendo. Le apartó las braguitas, hacia a un lado, para tocar delicadamente aquel punto. ___ se retorció al instante, arqueando la espalda y gimiendo bajito. Kendall le besó el vientre.
Kendall- Así me gusta... quiero que lo disfrutes... - siguió mordiéndole la panzita, metiendo dos dedos en ella, un poco más abajo - oh, si... estás empapada... - dijo, intentando desabrochar el sujetador con la otra mano - quiero oírte gritar. - y atrapó su pezón derecho con la boca. __ gimió, ahora más alto, mientras sentía como los dedos de Kendall se movían cada vez más rápido dentro de ella.
- Kendall... - gimió su nombre, inclinando la cabeza para verlo, aun que su pelo aun caia sobre la cubierta del piano. Kendall- Desde el primer momento en que empezaste a excitarme... - ignoró su comentario y bajó la cabeza, hacia su pubis depilado - me pregunte... ¿a que sabrán los ángeles? - ella se rió ante el comentario.
- Y yo que pensé que eran los alumnos los que teníamos que ser pelotas.
Kendall- No estoy siendo pelota, cariño. - dijo quitándole las bragas, ella levantó un pie, otro, y terminaron por caer en el suelo, junto al jersey de Kendall, la falda y la blusa, de ella.
- Kendall, espera... - dijo ella cerrando las piernas, por que se temia a lo que él iba a hacer. Kendall- ¿Qué pasa? ¿No quieres? - dijo alzando una ceja, mientras acariciaba sus muslos, suavemente.- No es eso... - se mordió un labio mirándolo - quiero todo lo que tu me hagas, para ser sincera... - Kendall suspiró - pero es que... yo... a mi nunca... Kendall- ¿Nunca te han practicado sexo oral? - terminó de decir Kendall. Ella negó avergonzada.
- ¿Cómo te explico esto? Es algo vergonzoso.
Kendall- Confia en mi... - la miró tierno. - Dime.
- Ninguno de mis ex novios intentó concentrarse en mi... hablando de sexo. - suspiró - bueno, ni en sexo ni en la relación.
Kendall- Que idiotas. - Él le besó el cuello. - ten en cuenta que yo intentaré, por delante de todo, buscar tu placer. Luego voy yo. - le sonrió. - entonces, ahora si me permite... - la tumbó y la siguió acariciando - voy a estrenar esta... dulce florecilla. - la sonrió de nuevo, aun que ella estaba tensa. La idea la avergonzaba, y mucho.
Kendall- Tranquilízate... - le dijo acariciando de nuevo ese punto. - te vas a sentir bien... solo déjame probarte. - sonrió y ella se rindió, ante aquellos blancos dientes. Relajó la espalda y los brazos. Las piernas también. Kendall- Coloca estas hermosas piernas encima de mi espalda. - dijo con autoría. Ella lo hizo. Esa posición era lo más embarazoso que había visto nunca. Expiró una vez más, al ver como Kendall se escondía entre sus piernas.
Kendall- Hacemos una cosa... - dijo mirándola a los ojos. - Si no te gusta, paro. - sonrió - pero me parece que eso va a ser prácticamente imposible. Eso aun la excitó más. De repente sintió la húmeda lengua traspasar sus barreras. Acompañada de nuevo de los dedos de Kendall. Se retorció de nuevo ante las sensaciones que nunca le habían hecho sentir. Kendall sonrió al ver su reacción. Beso su intimidad, cogiéndola de las nalgas y apretándola más contra su boca. casi grita.
- Si... ¡sí! - su mano fue a parar al pelo de Kendall. Enredó sus dedos en su pelo .
Kendall- ¿Entonces? - se separó un poco - ¿Paro? - dijo pícaramente.
- No, no... sigue... por favor... - y casi se avergonzó. Ningún chico había conseguido que ella se hiciera de rogar. Kendall se volvió a agachar entre sus muslos. Siguió entretenido, succionando, lamiendo y hasta... mordiendo. También se le escapó algún que otro gemido. sentía tanto gozo que pensaba que se iba a desmayar. Su espalda ya estaba harta de arquearse. En un movimiento, sintió la lengua de Kendall hundirse mucho más. Abrió los ojos y se le escapó un grito. Kendall sonrió, en contra de su piel.
- K...Kendall... me... - y sin saber porque, decir esto, si que le daba mucha vergüenza. Kendall- ¿Tu... que? - dijo hundiéndose en ella de nuevo. sintió el cálido aliento chocar contra toda su humedad. - venga, dilo... quiero oírlo.
- ¡Me corro! - dijo arqueando una vez más la espalda. Kendall la cogió y hundió su cara aun más en ella. Kendall- Regálame tu orgasmo, preciosa... - y eso fue el colmo para . Estallando en la boca de Kendall, sintiendo unas corrientes por todo el cuerpo y sintiendo como él seguía lamiendo, hasta la última gota de su éxtasis
