Capítulo 15.

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Felix estaba hipnotizado

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Felix estaba hipnotizado.

Abrió la boca para coger oxígeno, no conseguía inhalar con uniformidad. Meneó la cabeza de lado a lado y sintió la mano de Jisung palpando su torso para comprobar que no hubiesen lesiones desatendidas.

Jeongin lo abrazaba por los hombros, viendo con un estrepitoso odio al maldito omega que desató el caos; Jungwoo estaba llorando y no precisamente por el golpe en su labio, al parecer estaba muy preocupado por la forma en que Jaeyoong sangraba de la nariz.

El rubio no sabía que hacer, su sentido del olfato perjudicó la congruencia en su cerebro, las feromonas que alcanzaba a distinguir en el aire eran invasivas, nunca antes había olisqueado una esencia tan brusca, su entorno se movía y giraba como si estuviera arriba de un juego mecánico.

La mirada de Chan era indescifrable, sus cejas estaban arrugadas al centro, el café de sus iris era opaco y casi inexistente por la expansión de sus pupilas, detalles que convertían su rostro en algo llamativo e intimidante.

El cuerpo entero le tembló, no tenía fuerza para levantarse y los rasguños de su cachete dejaron de ser relevantes al encerrarse en aquella esfera de tensión que lo capturó.

Era una sensación aplastante, el alfa lo observaba sin pestañear.

—Chan... —Minho susurró, tomándolo del brazo—. Necesito sacarte de aquí, vamos.

El penetrante aroma era difícil de evadir, el morocho se preocupó por los omegas que no se movían en el contorno y que tampoco le sacaban la vista de encima a su mejor amigo.

Sin embargo, Chan no hizo otra cosa más que avanzar hacia Felix, con la seriedad despampanante en sus facciones y los ojos achinados.

Jisung se puso alerta; lejos de reaccionar al celo anticipado de Chan, se asustó al creer que el instinto estaba consumiendo al alfa y no quería imaginarse otro desastre desatado a causa de un visible impulso primario.

El mayor se detuvo frente al trío de chicos y Jeongin colocó su brazo como una barrera, interponiéndose a cualquier acción impensada.

Ninguno de los dos dejaría que su amigo fuese tomado sin consideraciones y no podían culparlos por desconfiar así, ellos solo buscaban protegerlo.

—No le haré daño, lo prometo.

Han se rascó la cabeza y enlazó su mirada a la del pelirrojo, con la sospecha reluciendo. Largaron un suspiro al mismo tiempo, sin dar el brazo a torcer de inmediato y seguido de eso, echaron un vistazo al compañero desconocido de Chan que llegó sin invitación.

El aire abandonó los pulmones de Minho y se encogió sobre sí mismo; creía fielmente en los principios éticos que manejaban a Bang, sabía que era incapaz de dañar a alguien aún estando bajo los primeros síntomas de su celo, pero también entendía que los demás no pudieran apostar por su autodominio.

The pretty artist ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora