Chan se dejó guiar por sus impulsos, obedeciendo a su necesidad ilógica de intervenir en una conversación ajena.
Estaba ahí, parado como imbécil entrometido mientras Felix le miraba inquieto y Yeonjun le sonreía sin ápice de asombro, aparentemente muy alegre de su presencia inoportuna.
No le carcomió la culpa, sabía que estaba interrumpiendo algo relevante, y a juzgar por la cara de susto en el omega, era claro que llegó justo a tiempo para hacerse notar y enterarse de que demonios hablaba ese par.
—Chan, ¿Cómo va todo? —murmuró el beta, acercándose a palmearle la espalda—. ¿Ya terminaste de ver la galería?
Su gesto antipático se borró y se mostró amable, observando minuciosamente a su amigo.
Bosquejó una sonrisa inmutable, sin bajar la guardia.
—Todo está de maravilla, me ha encantado tu gran presentación —pronunció, honesto.
—Ha sido un éxito, ¡hubo gran cantidad de asistencia!
—Lo noté, me siento muy feliz por ti. ¿Ya vas a quitar las mamparas?
—Pronto, quedan unos minutos y hay personas que aún no ven toda la exposición —murmuró, bailando sus cejas de abajo hacia arriba.
Con la sugestión, ambos viraron hacia el menor, quién los observaba escéptico justo en el medio, sin encontrar todavía su lugar en la nueva charla que se iba desarrollando.
Por ende, el alfa le volvió a sonreír, esta vez un poco más cálido y clavó sus ojos en los suyos, desatando una rebelión de mariposas imparables en su barriga.
—Hola, Felix—canturreó, vivaracho—. Creí que no vendrías.
El nombrado se abochornó y la saliva se le atrancó en la garganta.
No ahora, por favor.
—No... bueno, es que Jeongin... su impuntualidad —articuló sin un orden congruente en la oración—, él llegó tarde...
Como ya era usual, solo alcanzó a unir las sílabas correctas para expresar lo básico; estaba horrorosamente abrumado.
En cambio, Chan asintió comprensivo, sosteniéndole la mirada y examinó en silencio su cambio visible de actitud.
Su espionaje desde la lejanía, lo llevó a discurrir que a lo mejor charlaba con alguien totalmente diferente, ya no lo percibía fluir como hasta hace un rato.
—¿Y dónde está? —El mayor inquirió, apretando los labios.
—¿Quién? —Le respondió, desubicado.
—Pues Jeongin...
Felix deseó hundirse en el subsuelo y desaparecer, lamentando su realidad.
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The pretty artist ♡ chanlix
Fiksi PenggemarFelix tenía un pequeño (gran) crush con Chan desde los quince años. La realidad, era que el omega se convertía en un manojo de nervios cuando estaba frente al alfa, dejando de ser aquel extrovertido y parlanchín muchacho. Su paz interior se alteraba...