-¿Quieren dejar el escándalo? -murmuró, enroscando el tenedor en su plato de pasta-. Son un par de exagerados, la cafetería entera se va a enterar.
Estaba en lo cierto.
Las personas en las mesas aledañas morían por averiguar de que hablaban y trataban de echar un ojo a su antebrazo. Pilló dos o tres vistazos cuando examinó a su alrededor y tuvo que rodar los ojos.
-¡No me puedes pedir que no emocione! -Jisung graznó, picando su ensalada-. Ese brazalete es de la nueva colección, ¿de cuántos quilates es?
Se rehusó a contestar, metiéndose una enorme porción de spaghetti gratinado a la boca.
-¡Oh, vamos! -Jeongin bufó, en tanto agitaba su jugo de uva-. ¿Por qué ni siquiera te lo habías puesto?
-Precisamente quería evitarme el interrogatorio -resolvió, luego de tragar-. Sabía que me atacarían con estas preguntas, son insufribles cuando quieren serlo.
Los aludidos se dedicaron una mirada y se encogieron de hombros al mismo tiempo, asintiendo al asumir la realidad.
-Bueno, cúlpanos si quieres, pero ese regalo es muy hermoso y muy caro, ni juntando los ahorros de los tres, podríamos pagarlo.
Felix tuvo que darle la razón a Jisung.
A su fondo de ahorro le estaban saliendo telarañas, no reunía ni las trescientas libras.
-Estaba mejor en su caja, por lo que veo -musitó, al observarse la muñeca.
El pequeño felino de oro brillaba con la luz artificial.
-¿Por qué ocultarlo? Todos saben que Chan y tú están saliendo -Jeongin añadió, con las mejillas repletas de macarrones.
Efectivamente, ya no era un secreto y la noticia se esparció como el aroma a pan caliente, de un salón a otro con cientos de susurros a los que tuvo que acostumbrarse en menos de una semana.
-Eso es lo que me incomoda -exclamó, al morder un popote-. ¿No estuvo mal que lo aceptara?
El beta frunció el ceño y Jisung lo miró con un signo de interrogación en la frente.
-¿Por qué habría de estarlo?
-No lo sé -Felix se desvaneció en su silla-. ¿No pensarán que soy un interesado?
Aunque no quisiera darle relevancia al tema, desde que Chan le hizo el bonito obsequio no había dejado de pensar en ello. Él no era un mimado, mucho menos un caprichoso, no exigía cosas materiales y tampoco le importaba estar en tendencia con lo nuevo en ningún aspecto.
Sus padres le habían inculcado eso, siempre vivió sin carencias, no entre lujos pero si con lo indispensable y hasta un poco más.
Recibir una joya costosa no era algo de todos lo días, el regalo era asombroso, la intención la apreciaba, pero aún pensaba en lo que los demás dirían al intuir que fue su alfa quién se lo obsequió.
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The pretty artist ♡ chanlix
FanfictionFelix tenía un pequeño (gran) crush con Chan desde los quince años. La realidad, era que el omega se convertía en un manojo de nervios cuando estaba frente al alfa, dejando de ser aquel extrovertido y parlanchín muchacho. Su paz interior se alteraba...