Ser el hijo mayor del gran sultán era un problema muy grande, cualquiera desearía ser el heredero de todo aquello, todos lo desearían menos el próximo sucesor al trono. Quién al ser un omega le irritaba mucho la sola idea de tomar cargo de todo aquello por lo cuál su padre se a esforzado mucho.
No odia el puesto, odiaba la idea de perder su libertad y someterse a tantas estrictas reglas de parte de los demás, él ama con todo su ser la libertad, la sola idea de hacer lo que le plazca sin ningún inconveniente, pero claro hay venía el problema, él nació siendo de la casta más baja de todas.
El príncipe heredero a todo ese imperio, nació siendo un frágil y débil omega, siendo visto por todo el mundo con ojos hambrientos.
Por aquellos tranquilos y solos pasillos se podía escuchar el pleito de dos personas, toda la servidumbre del palacio estaba con total tranquilidad paseando de un lugar a otro en sus quehaceres sin siquiera prestarles atención pues ya sabían quiénes eran los dueños de aquel conflicto.
Su alteza un precioso Omega y su majestad, el sultán un Alfa adulto.
── ¡Me rehusó a aceptar tal cargo! No deseo casarme aún, padre. Intenta comprenderme, por tan solo una vez en la vida. ── clamando pedía su sueño ser cumplido
── Te tendrás qué casar con ese chico, él es un príncipe al igual qué tú y no es una opción ¡es una orden! ── aunque se trataba de su primogénito, su padre lo tendría que educar más
── ¡Desearía no haber nacido aquí! ── soportando toda aquella tensión, ese joven chico decidió huir de ahí, para dirigirse a su alcoba real
Los problemas siempre se daban en aquellos dos, padre e hijo siempre discutían por los mismos asuntos. El mayor quería lo "mejor" para su hijo y comprometiendo de él, cree que sería lo correcto. Más no sabe qué su hijo odia con toda su alma a todos aquellos aprovechados que iban tras de él por su dinero y cuerpo, nada más.
── No comprendo, no comprendo. Por favor ayúdame Emira, mi padre no me entiende y eso qué han pasado ya varios años desde aquello. ── con mucho desconsuelo, se acercó rápidamente a su cama a llorar sobre ella, se sentía realmente frustrado por tal noticia
No desea casarse, no desea atarse. No desea nada de eso, él solamente está deseando libertad.
── Emira.. ── una suave, esponjosa, algo grande pero muy majestuosa ave, se posó sobre la cabeza de su alteza
Era la mascota leal de su pequeña majestad, un encantador halcón qué convivía con él desde hace ya unos largos años. Un ave qué le era el más fiel de todo aquel inmenso imperio, su única amistad de todo el mundo, sin contar a su hermano menor.
── Emira, No deja de insistir en lo mismo ¿qué hago? Ya no se qué hacer, por favor ayúdame. ── el Omega trataba al ave cómo a un humano más
── ¿Sae? ¿Otra vez estás hablando con Emira? Sabes muy bien qué el no comprende todos tus asuntos, no lo vayas a agobiar.
── ¡Rin! ¿Qué haces en mi habitación?
── Tranquilo, no vengo de parte de padre. Últimamente te escapas de las reuniones o de mi, no buscó pelea ni mucho menos algún conflicto, Sae. Quiero jugar con mi hermano y nada más eso.
El de cabellos rojizos dejó escapar un agotador suspiro, dejando ir un poco de sus cargas en el. Amaba mucho a su hermanito qué hay veces qué por el compromiso de las actividades se olvidaba de darle el tiempo familiar a su único ser más cercano.
── ¿Deseas jugar a estás horas del día? Siempre jugamos en la noche.
── No le veo el problema, en las noches siempre terminamos desvelados y eso es un problema para los estudios.
── Comprendo, esta bien. Cámbiate de ropa, saldremos a jugar un rato, Emira mantendrá muy ocupado a padre.
Ambos hermanos rieron con diversión de tan solo recordar en las travesuras que podía llegar a realizar ese pequeño depredador. Siempre terminaba provocando muchos problemas al sultán, pero todo ese tiempo lo aprovechaban al máximo al salir a jugar.
Rin se fue corriendo a su habitación con mucha felicidad encima, pareciendo un pequeño niño a los ojos de su hermano, quién dejó escapar una gentil y pequeña sonrisa. Luego de haber cerrado aquellas puertas y asegurarse de poner el seguro, se dispuso a cambiar de atuendos a unos más sencillos a simple vista, no querían llamar la atención de todo aquel pueblo y al mismo tiempo se colocó una peluca sobre su hermoso cabello. Ser de un color único entre toda aquella multitud era muy problemático, ni tenía idea de dónde sacó semejante color, Rin tenía mucha más suerte en eso, él no tenía qué llevar puesta una peluca.
Tras unos largos minutos, a su puerta fue llamado en un código qué sólo él entendía, tres toques suaves y dos toques duros fueron la clave para avisarle qué ya estaban listos y qué no había peligro en las costas.
── Vamos. ── salió con rapidez de su cuarto, tomando de la muñeca a su hermano y escapando de aquel enorme palacio dónde siempre permanecían encerrados
── Es divertido hacer esto. Nunca había ido al bazar a estas horas del día ¿crees que no nos meteremos en graves problemas?
── Puede ser, pero qué más da. La vida es una y es de saber disfrutarla al máximo, vuela Rin, vuela a nuevos continentes sin ayuda de nadie.
── Hermano.. idiota, no me llames así. ── tras un emotivo momento, fue completamente interrumpido por un fuerte golpe qué le proporcionó Rin a su hermano
── Ya, ya, lo siento. Lo olvidé por completo, Calas.
── Más te vale no olvidar lo por mientras, si es qué no deseas regresar aún, Lirio.
── Lo sé, lo sé. Vamos a pasear mejor, necesitamos aire fresco y conocer mucho más a la gente.
Los dos hermanos se aproximaron a todo aquel mercado frente al inmenso camino, pasarían degustando de todas aquellas maravillas de la calle. Sería de las pocas veces en las que probarán de aquellos platillos exóticos.
── Vamos, pero ten cuidado. Por estos lugares residen muchos ladrones.
── Si. ── ambos hermanos se fueron con mucha felicidad y emoción, tomados de las manos cómo dos pequeños chicos perdidos
Mientras sus padre anduviera en asuntos políticos, ellos disfrutaron las pocas vacaciones qué les quedaban. Más adelanté verían qué hacer con sus futuro.
Pobre príncipe,
no sabe a las garras de quién irá a caer.¿Será su salvador o su enemigo?
El destino lo decidirá al final.

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ᵈᵉˢᵉᵒ ⸙ 𝑴𝑰𝑶 「𝚁𝚈𝚄𝚂𝙰𝙴」
Teen FictionUn sultán siendo el gran soberano de todo un enorme imperio, en las calurosas pero muy llamativas tierras de Arabia. A llegado a la decisión de dejar su cargo a uno de sus dos hijos y elige con mucho orgullo a su mayor, siendo este el heredero de to...