Capítulo Seis

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Dicen que el tiempo pasa rápido cuando te estás divirtiendo y supongo que es verdad. Por primera vez en mi vida, me estaba divirtiendo. Tenía compañía, un grupo de amigos que me recibía con una sonrisa y esperaban por mí para almorzar. Tenía un pequeño lugar en el inmenso mundo y el hueco en mi corazón al que ya estaba acostumbrada empezaba a llenarse.

Me sentía tan afortunada que, a veces, mientras me sentaba en la mesa más ruidosa del universo y escuchaba a Haechan contar historias, no podía evitar preguntarme si todo era un sueño. ¿Cómo era posible que un grupo de personas tan diferentes a mí podían hacerme sentir tan bienvenida y aceptada?

Cada uno de ellos era como una pequeña estrella en mi oscuro cielo, pero Jeno...Jeno era un planeta. Debía ser difícil, pero él se las arreglaba para brillar más fuerte que los demás. Yo apreciaba a todos mis nuevos amigos, pero no podía negar que Jeno era especial. Tal vez era esa sonrisa tan tímida y cálida que se sentía como un abrazo, o tal vez era su voz, baja y reconfortante. Probablemente era que siempre me escuchaba con atención y parecía genuinamente interesado por lo que yo tenía que decir. Sea lo que sea, pasar tiempo con Jeno se sentía como un bálsamo en mi corazón y cada día me descubría más emocionada por verlo de nuevo.

Mis días se sentían largos y cortos al mismo tiempo, y en un par de parpadeos la semana pasó y ahora me encontraba frente al espejo, estudiando mi atuendo mientras esperaba que Jeno llegara. Hoy era sábado y eso significaba que iríamos al orfanato por primera vez.

Habíamos pasado todos los días anteriores dando vueltas por la ciudad, buscando patrocinadores, hablando con los doctores para conseguir botiquines, hablando con los encargados del orfanato para decidir que juguetes eran más apropiados para los niños y finalmente, dando vueltas por la ciudad otra vez, intentando encontrar dichos juguetes. Actualmente, mi auto estaba lleno hasta el techo de cajas y todo estaba listo.

Mi teléfono que descansaba sobre la cama sonó, haciéndome sobresaltar.

—¿Hola?

—Ya estoy aquí, Hana. ¿Dónde puedo guardar mi motocicleta? —dijo Jeno al otro lado.

Mi corazón dio un pequeño salto, algo que solía hacer últimamente cada vez que escuchaba la voz de Jeno.

—Un momento. Ya voy.

—Te espero en la entrada principal.

Terminé la llamada y le di un ultimo vistazo al espejo. Dado que iba a estar con niños, me decidí por pantalones cargo negro, un top rosa ajustado y los tenis más cómodos que encontré. Peiné mi cabello en dos coletas bajas con pompones blancos y dejé mi maquillaje simple, aunque me tomé la libertad de dibujar un conejo en mi mejilla derecha, esperando que les gustara a los niños. Todos esos años aprendiendo a pintar había servido para algo, después de todo. Me sentía satisfecha con el resultado final y me apresuré a tomar mi bolso y salir del departamento.

Apenas puse un pie fuera del edificio, lo primero que vi fue a Jeno, reclinado contra su motocicleta. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y las piernas estiradas frente a él. Llevaba una sencilla camiseta negra ajustada, pantalones oscuros, tenis a juego, una mochila sobre el hombro derecho y lentes de sol. Todo el conjunto era tan simple que resultaba simplemente atractivo.

Me acerqué rápidamente.

—¡Hola! —dije con una sonrisa.

Él había estado mirando a la distancia, así que su cabeza giró en mi dirección al instante. Por un momento, solo me observó en silencio. Sus labios se separaron ligeramente, como si fuera a decir algo, pero las palabras se les escaparon. A pesar de que no podía ver sus ojos, si podía sentir el peso de su mirada y sentí las puntas de mis orejas calentarse.

Dive Into You || Lee JenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora