6

267 28 0
                                    

Marta

Días después...

"¿Y qué tal, cómo van las cosas?" Preguntaba Laureano en lo que dábamos una vuelta al pueblo.

"Pues bien, supongo, sabes que sólo estoy aquí por ti, ¿Y tú, cómo estás?

"Bien, es genial estar cerca de mis hermanas nuevamente, aunque Piedad aún es medio retorcida".

"Un poco, al menos Celia no lo es tanto".

Yo no tengo palabras para describir a Celia, ella y yo hemos pasado un largo tiempo a solas. Aparte de ser preciosa, es una chica muy divertida, muy inteligente y muy interesante. Si es que ella no fuera heterosexual, menor y la hermana de Laureano, seguro sería mi tipo.

"¿Qué quieres decir con eso?" Preguntaba Laureano, interrumpiendo mis pensamientos.

"Bueno, es que hablando con ella me enteré que está a favor de los gays. Le pregunté que qué pasaría si su hermano fuera súper gay, me dijo que realmente no le importaba y que estaba a favor de todos ellos".

Celia

Han pasado días, y puedo jurar que hay química entre Marta y yo, hay una corriente eléctrica que fluye entre las dos cada vez que estamos cerca.

Hace rato tuve una conversación con mis hermanos en la cocina, y me sentí mal por no ser la chica que esperar. Laureano es el chico perfecto, todo lo ha hecho bien.

Me he retirado de ahí, he salido a dar la vuelta por el pueblo y me quedé sentada en unas bancas.

"¿Te importa si me uno a tí?" Preguntaba Marta.

"Sí, no hay problema". Respondía yo.

"¿Está todo bien?" Preguntaba Marta preocupada.

"Un poco, siento que estoy interpretando un papel y ya no puedo seguir".

"¿Y qué papel es ese, Celia?"

"El papel de la niña perfecta, la que siempre consigue todo".

Marta se quedó callada mientras asimilaba mis palabras. "¿Puedo preguntarte algo".
La suavidad de su voz me hacía querer contarle cualquier cosa.

"Sí" susurré.

"En la prepa, ¿eras la chica sociable y popular  porque creías que debías serlo?

Sacudí la cabeza, "En realidad no, me encantaba. Soy una persona extrovertida por naturaleza. Siempre fui fiel a lo que yo era por dentro, excepto...." Me detuve antes de que las demás palabras salieran de mi boca.

Marta se acercó y colocó una mano en mi rodilla apretándola de manera de apoyo, "¿Excepto por qué?"

Esta vez, las lágrimas acudieron a mis ojos, "Excepto por... Excepto por salir con chicos".

Dije esa última parte muy rápido y no supe si lo pudo entender.

Observé como tragaba con fuerza antes de decirme que "¿Qué estás queriendo decir, Celia?".

"Creo que soy gay, vale, me gustan las chicas. Lo he estado aceptando hace tiempo, pero mis hermanos no lo saben. Odio mentir, pero me daría miedo si se llegan a enterar".

Tan pronto lo dije y ya me había arrepentido.  Apenas conocía a Marta. Yo no sabía si ella me delataría. "Soy una estúpida, perdón, yo no debía de haber dicho eso. Prométeme que no se lo dirás a nadie".

Marta me miró y sentí un cambio de energía entre nosotras. No era malo, sólo era diferente. Marta extendió una mano por mi mejilla y me secó las lágrimas. En ese momento muchas emociones de mezclaron, estaba confundida, asustada y excitada al mismo tiempo.

"Shhh" susurró Marta. "No pasa nada, todo está bien, no sé lo voy a decir a nadie".

Sólo respondí asistiendo con la cabeza. Marta con su otra mano también tocó mi mejilla. Me atreví a mirarla a los ojos y su mirada era tan profunda que quise apartar la vista, pero no podía aunque lo intentara.

"No pasa nada". Repitió otra vez Marta, con un tono de voz más suave.

MENOS DE TÍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora