Celia
Ya han pasado días desde ese beso con Marta, pero siento que han pasado años.
Pase de sentir tristeza a sentir confusión y rabia. Besar a Marta fue lo mejor que pude haber imaginado. Pero sigo sin entender por qué sucedió. Según ella, sólo lo hizo por consuelo.
Así como estoy enfadada con ella, estoy enfada conmigo misma. Estoy enfada por dejar que eso pasara.
No sé que pasó por mi mente, Laureano y yo apenas nos estamos viendo después de mucho tiempo y yo hago esto, por la pena ahora ni siquiera lo puedo mirar a los ojos.
Lo único bueno de esto es que Marta también está intentando evitarme. Para evitarme se ha estado durmiendo tarde para que cuando Piedad se duerma, ella se vaya con Laureano.
Después llega a mi habitación cuando supuestamente yo ya estoy dormida, pero nunca lo he estado."¿Qué te parece, Celia?, ¿Qué tal el plan?" Preguntaba Piedad.
"Bien, sí"
"Bueno, tarde de chicas"
No me dí cuenta de que me estaba perdiendo toda la conversación por estar divagando.
Ahora he pasado todo el día con Piedad, Lola y con Marta.
Hemos entrado ha una pequeña tienda de ropa y ahora tengo una pequeña lucha con unos pantalones apretados que se ajustan perfectamente a mí. Me miro al espejo y me parece perfecto. Me parece perfecto para una cita con alguien, alguien que le gusten las chicas de verdad. Una cita de verdad. Este pantalón estaría perfecto si es que la cremallera no hubiera querido engancharse. No dejaba que la bajara. Luche con la cremallera hasta que me dolieron los dedos.
Estaba tan desesperada que intenté bajar los pantalones aún con la cremallera en ese estado.
Genial, qué vergüenza. Mi única esperanza era Piedad.
"¿Piedad, estás ahí?" Lo dije en voz baja.
¿Piedad? Lo dije más fuerte, estaba empezando a desesperarme.Para mí disgusto, Marta apareció. "Piedad y Lola han salido de la tienda, ¿necesitabas algo?"
"Mmmm, nada, olvídalo"
"De verdad, Celia, ¿Qué pasa?
Me enojé un poco por su insistencia, "Nada, bueno, si quieres saberlo, mmm, se me ha atorado la cremallera del pantalón y no puedo bajar el panteón".
"Si quieres, puedo ayudarte".
"No creo que sea una buena opción".
"Yo tampoco creo que sea una buena opción, pero no creo que tengamos otra opción".
Suspiré y hice gesto hacia mí cremallera. Marta se arrodillo para ver más de cerca. Esto tenía que ser una broma de mal gusto.
Observé como Marta se alejaba un poco para darme un poco de espacio personal. Sólo fueron necesarios unos pocos tirones para que esto pudiera bajar. Se puso de pie tan pronto termino.
"Perdóname, sólo intentaba ayudarte, no quiero que esto sea más incómodo entre nosotras".
Antes de que pudiera pensarlo puse mis dos manos a cada lado de Marta y me incliné hacia ella. "También perdóname. Perdóname por lo mucho que deseo besarte ahora mismo.
Marta cerró los ojos y respiró profundamente. "Celia yo...."
Dejé salir todo el aliento que estaba conteniendo y me obligué a dar un paso atrás.
"Lo sé, no podemos hacer esto, lo entiendo". Hice todo lo posible por ponerme mis otros pantalones, pero la sensación de los ojos de Marta sobre mí hacían difícil poder concentrarme. Una vez vestida, dejé que mis ojos se conectaran con los de Marta, y después mis ojos bajaron hacia sus labios. Me obligué a apartar mi mirada y salí de ahí, pero ignorando los latidos erráticos de mi corazón.
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MENOS DE TÍ
RomanceNo sé cuánto tiempo más tendré que seguir en esta farsa, te necesito. Marcelia AU