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Estaba nervioso y probablemente, MUY
Probablemente era porque el mexicano iba a ir
por él a su casa. Estaba tronando sus dedos y
movía rápidamente su pierna mientras veía el
último mensaje que le mando a Carlos.

Estaba por irse a su habitación cuando escuchó el
timbre, rápidamente se acomodó el cabello y fue
a abrir y ahí estaba el chico de ojos bonitos, ese que
últimamente le estaba robando algunos suspiros,
pero eso es algo que el argentino nunca aceptaría.

— Que bonito te ves, mamón — Sonrió y una
hermosa característica que tenía al hacerlo, era
que sus ojos se achicaban, realmente un detalle
hermosos que notó el sudamericano.

Hizo de cuenta que le encantaba como se veía
ese día y solo se limitó a decirle que había llegado
tarde. — Bien, ¿cómo nos iremos?

— Pues en metro, mamón. — Leclerc casi se infarta,
nunca había tomado el metro, ahi seguramente
asaltaban y te quitaban hasta el alma.

— No, no, no y no, yo no subiré a eso; seguramente
hay ratas.

『¡NAC!🍓』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora