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— No, flaco porque yo si me podía ir en paz, pero,
¿Y tú? Seguramente te iban a culpar a ti por algo
que yo hice y pues te iban a tirar la culpa a ti... —
Se rascó la cabeza, pues había firmado su sentencia
de muerte al decirle eso al de ojos cafés.

— ¿O SEA QUÉ TE PREOCUPASTES POR MI? —
Leclerc puso los ojos en blanco. — Lo hiciste,
te preocupaste por mi.

— si lo sigues diciendo, te juro que voy a vomitar —
Leclerc le revolvió un poco el cabello. — Bien,
ahora tengo que llamar a Gustavo y a Horner.

Charles se alejó de Carlos y comenzó a hacer varias
llamadas, la cara de satisfacción del argentino
tenía, hacía que Carlos se derritiera.

『¡NAC!🍓』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora