𝙳𝚎𝚜𝚝𝚒𝚗𝚘

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A veces el destino nos pone a las personas correctas en el lugar indicado, y en el momento, tengo la duda de si este será el caso...

...

Vaya que su cuerpo se había acostumbrado a ese día estar sin fuerzas. Su cuerpo tenía frío, además de que la simple tarea de levantarse había sido un trabajo muy complicado.

Konon seguramente estaría de camino a Busan, el le había pedido que no se despidiera, si lo hacía le rogaría que no lo hiciera y realmente no era la idea.

Solo dejo una nota en la mesa, con el desayuno que Riki tomaba ese día, el 07 de noviembre...

Jugo de frutas, con panqueques de oreo y mucho chocolate. Era su manera de estar conectado con su madre. Sonrió al ver el plato, y los metió al refrigerador, los comería en la escuela.

Las gotas de lluvia resonaban por el lugar, desde su tercer piso logro percatarse del clima que no parecería irse. Respiro profundamente y se dirigió al baño para ducharse, saliendo de este, se preparo su primer café del día, y un cereal.

Maldición, se sentía solo.

Sus ganas de llorar lo inundaron, más aún así trato de seguir como si nada. Se repetía que ese día tenía que ser fuerte, se puso su uniforme, y una sudadera que recientemente su madre le había enviado desde Japón hacía poco, en ella decía Tokio con letras grandes y era de color negra.

Coloco sus aretes favoritos, y coloco un poco de tinta en sus labios, no negaremos que se maquillo ligeramente. También se puso sus audifonos que también su madre le había enviado, su madre adoptiva.

Por la lluvia, decidió irse en tenis blancos, que concordaban con su uniforme. Plancho su cabello un poco, estreno la mochila que le enviaron hace meses.

Tomo el paraguas, para salir de su casa y caminar a la escuela. No llovía tan fuerte que cuando se despertó. Arremango un poco su sudadera cuando estaba cerca de llegar a la escuela, viendo sus cicatrices en su brazo, cada vez se notaban menos, pero seguían estando ahí.

Dio un par de sorbos al café antes de llegar a su escuela, y cuando termino tiro el desechable a la basura y compro uno nuevo.

Miró su brazo izquierdo, notando sus cicatrices más recientes, el no quería que esas cicatrices se fueran, era su manera de recordarla.

me prometes que no volverás hacerlo? —preguntó la mujer al niño de 7 años, quien comenzó a lastimarse desde muy pequeño.

lo prometo madre. —la madre curo cada una de las heridas del infante con sumo cuidado.

Bufo en voz alta, a pesar de querer permanecer con ese recuerdo, en su mente surgía el acto que su madre había cometido, suicidarse.

—una hipócrita por completo —sonrió con tristeza. — eras la menos indicada para decírmelo...

Ella había sido su mejor amiga y su refugio cuando era un niño, era su todo... triste fue el día que llego a casa, y muchos policías acinaban la zona.

—creí que no llegarías —Murmuró Jake. — esa sudadera te queda bien —Sonrió preocupado.

Riki podía actuar ese día como el mejor de su vida. Tendía a usar ropa nueva, ser más positivo, más alegre, más atento... pero era una fachada.

—woah, luces muy bien hoy Riki —Halago Sunoo. —¿es por las audiciones? —este asintió.

—se me acabo el café, iré por otro —dejo su mochila, sacando el dinero de esta.

The last WinterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora